Una inmersión en el espíritu de Pierre Drieu La Rochelle
En "Relato secreto" experimentamos toda la intensidad de la literatura de un escritor que buscó siempre la soledad que otorga la muerte.
"Oh, muerte, no te olvido. Oh vida más verdadera que la vida. Oh cosa indecible que está más allá de la vida más verdadera que la vida. No más allá, más acá. Es el núcleo de mi ser aquello que quiero alcanzar", anotó en su diario Pierre Drieu La Rochelle el 23 de octubre de 1944, poco más de un mes y medio después de su primer intento serio de suicidio y poco menos de medio año antes de que, por fin, lograra quitarse la vida.
Por Alejandro Frías
Las reflexiones en torno a la búsqueda de la soledad que Drieu La Rochelle suponía que podría hallar en la muerte, las anotaciones de su diario en los últimos meses de vida y su "Exordio", esa suerte de alegato en defensa de su colaboración con los nazis durante la ocupación alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial, se reúnen en "Relato secreto", recientemente publicado por Partícula Editorial con traducción de Raúl A. Cuello.
Introducirse en la lectura de "Relato secreto" es aproximarse a la más íntima forma de entender la vida de parte de un personaje tan polémico como Drieu La Rochelle y a sus devaneos en torno a la búsqueda de una soledad que, según su conclusión, solo alcanzaría con la muerte, una soledad que intentó encontrar escondiéndose ya desde niño. Y es también cuando aún es niño que siente la incipiente atracción por conocer esa "vida más verdadera que la vida" a la que se refiere en el fragmento que citamos más arriba.
En el derrotero de esta suerte de biografía de las ansias suicidas, Drieu La Rochelle reflexiona sobre la vida, sobre su vida, en tanto que nos cuenta su atracción por ciertos cuchillos y hasta la situación casi extrema que vive como soldado durante la Primera Guerra Mundial.
Pierre Drieu La Rochelle: "Cuando era adolescente me prometí permanecer fiel a la juventud: un día, intenté cumplir con mi palabra".
Por su parte, el diario incluido en este volumen, que abarca desde el 11 de octubre de 1944 y el 13 de marzo de 1945, pocos días antes de que se quitara la vida, nos ayuda a comprender la cima (y también, por qué no, la sima) a la que ha llegado un hombre que se ve acorralado por la imposibilidad de alcanzar esa soledad absoluta a la que aspira, a la vez que nos habla tanto de literatura como de lo perfecto y lo imperfecto, las ideologías, política internacional y su relación con la religión, entre varios temas más.
Por último, en "Exordio" desarrolla su defensa ante su posición colaboracionista con el régimen nazi y su actuación durante la invasión a Francia. "Hay que ensuciarse al menos los pies, pero no las manos. No me ensucié las manos, solo los pies", alega en uno de los textos que componen este casi manifiesto.
"Cuando era adolescente me prometí permanecer fiel a la juventud: un día, intenté cumplir con mi palabra", comienza diciendo "Relato secreto", un libro por el cual experimentamos toda la intensidad de la literatura y el espíritu de Pierre Drieu La Rochelle.