Cuando vuelva del cielo lo vamos a extrañar

Desde hace 11 años, la música alumbra desde otro lugar,desde el sitio que eligió habitar Luis Alberto Spinetta. La inevitable preconización de su figura torna reiterativo lo que no debería ser.La evocación de un artista genial no requiere mucho más que la autenticidad de algunos recuerdos y la presencia activa de su obra. El resto,… Continúa leyendo Cuando vuelva del cielo lo vamos a extrañar

Desde hace 11 años, la música alumbra desde otro lugar,desde el sitio que eligió habitar Luis Alberto Spinetta.

La inevitable preconización de su figura torna reiterativo lo que no debería ser.La evocación de un artista genial no requiere mucho más que la autenticidad de algunos recuerdos y la presencia activa de su obra. El resto, en este momento, somos prescindibles.

Extremadamente delgado, siempre, tanto que con solo decir El Flaco, sabemos de quién estamos hablando.
De ninguna manera pretendo ser original, para eso estuvo Spinetta. Para ser original, creativo, y generoso como nadie a la hora de componer, de escribir, de interpretar canciones luminosas y sombrías. Poesía de los días, inseparables de la experiencias reales e imaginarias de una porción de varias generaciones argentinas

Once años atrás nos enteramos de su muerte. Unos días previos, cuando no, el periodismo carroñero había publicado en tapa una foto de Luis Alberto que mostraba su deterioro físico, algo que repudió él más todas y todos quienes conocimos su pudor y entendemos innecesaria la maldad gratuita. La intrusión sobre la intimidad de un ser es imperdonable, en este caso, además, incomprensible, dudo que hayan vendido un ejemplar más.

Toda la vida tiene música y cada tonta cosa es música. Rompiendo irrespetuosamente aquella canción del album A 18 minutos del sol cuesta menos explicar lo que sufrimos el 8 de febrero en 2012. Se produjo un silencio aturdidor y apareció un tremendo temor al silencio infinito. 


8 de Febrero 2012, algo ocurrió en el aire. Extraño. Desde ese momento comenzó a multiplicarse la difusión de su música, y aquello que no muchos conocían , se esparció y se introdujo en nuevos lenguajes sonoros. Cualquiera está habilitado para lamentar por qué esto no ocurrió y de este modo mientras pisaba escenarios, otros tratamos de celebrar al tiempo tal cual se comporta.Y tengo la certeza que él prefirió que así fuese.

Las Bandas Eternas en un concierto infinito
La demostración más contundente de todo elogio sobre Luis Alberto Spinetta quedó registrada en aquél mega concierto de Las Bandas Eternas, en el estadio de Velez, un inolvidable 4 de diciembre. Almendra, Pescado, Invisible, Jade, Los Socios del Desierto y además rescatando a todos , a los mejores del rock nacional y dándole espacio a Fito, a Charly,a Juanse, a Mollo , a Cerati, al Mono Fontana, a Javier Malosetti, a Leo Sujatovich, y tantos otros: y paseando por la obra de Miguel Abuelo, de Lito Nebbia, de Pappo,de Gieco.

Calidad vs. Cantidad   
Cuando se pretende una dicotomía entre cantidad y calidad en la producción artística, Luis Alberto Spinetta disuelve la noción de lo austero. Prolífico como pocos, y riguroso como ninguno, despertó desde sus orígenes, desde su adolescencia, el interés por poetas, pensadores, filósofos y artistas que de otro modo, no hubiésemos podido indagar y disfrutar.

  
«El arte es eliminar lo innecesario», decía Picasso. Concepto que anida perfecto en la obra de Luis Alberto Spinetta. 

Mañana es mejor
Este mensaje que se desprende de Cantata de Puentes Amarillos, hoy nos retumba más como una cuestión de fe que como una posibilidad en lo artístico. 

No te mueras nunca
Tenía que irse. Demasiado temprano para quienes hemos crecido con su música. Pero no podemos sentirnos abandonados, porque siempre habrá un tema, una versión, un acorde que nos inspire.

Carlitos y Luigi 
Así como Gardel canta cada día mejor, el Flaco Spinetta cada día ilumina más con su inacabable talento y la belleza imparable de su música.

Niezsche sentenció: la vida sin música sería un error. Para nosotros, la vida sin Spinetta, no sería. 

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