Autismo en adultos

La inmensa mayoría de las investigaciones sobre Autismo se centran en niños y adolescentes, dejando de lado a los adultos, sea que estos tengan el diagnóstico tempranamente o lo obtengan muchísimo más tarde. ¿Cómo se manifiestan los TEA en personas adultas? Hay semejanzas y diferencias respecto de otras etapas etarias y también existen dudas respecto… Continúa leyendo Autismo en adultos

La inmensa mayoría de las investigaciones sobre Autismo se centran en niños y adolescentes, dejando de lado a los adultos, sea que estos tengan el diagnóstico tempranamente o lo obtengan muchísimo más tarde. ¿Cómo se manifiestan los TEA en personas adultas? Hay semejanzas y diferencias respecto de otras etapas etarias y también existen dudas respecto de las nuevas detecciones.

 

Es sabido que bajo el rótulo de Trastornos del Espectro Autista se ubica una serie de condiciones muy variada, la que tiene como características comunes que las personas que portan alguno de ellos manifiestan dificultades en la interacción social y en la comunicación con otros, suelen presentar conductas estereotipadas y también repetitivas, mientras que sus intereses son muy acotados, a veces hasta a un único tema.
A su vez, la sintomatología varía de sujeto a sujeto, no solamente en cantidad sino también en intensidad, por lo que algunos presentan signos leves, mientras que otros pueden mostrar otros mucho más serios.
Pese a que cada vez gana más terreno la hipótesis de que se trata de un problema orgánico, más precisamente genético (se ha identificado más de un centenar de genes a los que se les atribuye su causación), en combinación con disparadores ambientales, en realidad se desconoce exactamente por qué se produce.
Una cuestión que llama la atención es que las investigaciones y las referencias a los distintos tipos de Autismo están centradas principalmente en niños, ocasionalmente en adolescentes y muy raramente en adultos.

¿Los adultos no portan TEA? ¿Remiten los síntomas con la madurez? Si bien es cierto que algunos niños (entre el 7 y el 15%, aunque algunos trabajos elevan la cifra hasta el 25%) parecen perder la mayor parte de las características con el crecimiento, sea por un mal diagnóstico, es decir, un falso positivo, o por otras causas, se trata de una condición que dura toda la vida, más allá de las dudosas promesas de curaciones, las que raramente se cumplen, así que quien fue diagnosticado en la niñez, de no mediar un etiquetado erróneo, continuará así durante el resto de su existencia, aunque están disponibles tratamientos que ayudan a lidiar con los síntomas, mejorando la calidad de vida.
Por otro lado, si bien la detección en la actualidad suele ser muy temprana, en la mayor parte de los casos incluso antes del ingreso a la escolaridad, tampoco es raro que ocurra lo mismo respecto a personas adultas. Las causas para que ello suceda son variadas, entre otras, se hallan las que se mencionan a continuación.
Una de las principales, sobre todo en personas de cierta edad, es que hasta no hace tanto la difusión de la problemática era más bien escasa. A esto hay que sumarle que durante bastante tiempo imperó la creencia de que los portadores eran una especie de autómatas incapaces de hablar y de comunicarse, en algunos sujetos con una irritabilidad exacerbada, sumidos en el ostracismo, concurriendo con alguna discapacidad intelectual. Es cierto que en los casos más severos ello suele ocurrir, pero, como ya se mencionó, es muy amplio el espectro sintomático, por lo cual muchos posibles cuadros han sido omitidos, sobre todo los menos intensos. En nuestra sociedad se mantiene la idea de que alguien que logre cierta funcionalidad no puede tener rasgos autistas.
Otra de las que se mencionan es que, sobre todo en aquellos varones con sintomatología más leve y en mujeres, los implicados logran desarrollar estrategias que enmascaran los signos, las que se perfeccionan con la mayor edad, consiguiendo pasar desapercibidos o, a lo sumo, que sean considerados como un poco ?raros?.
Asimismo, pese a que no sea hereditario, que haya algún otro integrante de la familia aumenta la posibilidad de presentar la condición. Cuando padre o madre con algún TEA relativamente leve no diagnosticado tienen un hijo con características similares, pese a que se presenten ciertas dificultades propias de algunas formas del Autismo, no buscarán consulta, ya que suelen creer que eso no es necesario, porque su niño es como ellos.
A todo esto, aunque no existen cifras oficiales, algunas de las estimaciones de prevalencia de Autismo en adultos refieren que aproximadamente algo más del 1% de los mismos presentaría alguna de sus formas.
Un trabajo de investigación realizado en el Reino Unido hace algo más de una década por la Universidad de Leicester y publicado en Jama Psychiatry mostró que, como a otras edades, los varones resultan los más numerosos y, a su vez, entre ellos aquellos con menor nivel educativo y social. Y, al menos en ese territorio, la proporción de personas adultas con Autismo resulta similar a la que se aprecia respecto de la población infantil.
La problemática de la adultez es similar a la de los niños, aunque con algunas características particulares. Una de ellas es que, por más que logren cierto funcionamiento social, continúan existiendo obstáculos para relacionarse con otros en los distintos ámbitos, que van desde lo laboral hasta lo sentimental, pasando por algún grado de dificultad para hacer nuevas amistades. Aunque logren desempeñarse aparentemente bien, puede llegar a notarse que su empatía es escasa y que falta cordialidad en sus formas de trato. A su vez, la manera en la que hablan puede resultar monótona y con escasas inflexiones.
Por otro lado, la poca flexibilidad en algunos aspectos suele llamar la atención del entorno. En ese sentido, tienden a ser personas extremadamente sinceras y honestas, lo que en sí mismo no está mal, pero ello se acompaña de una forma directa, a veces hasta casi brutal, de decir lo que se piensa, sin tener en cuenta las convenciones sociales ni los sentimientos del otro.
La sensibilidad sensorial también se encuentra alterada, se cuente o no con la etiqueta, así como también la regulación conductual, por más que el paso del tiempo pueda hacer que aquello que era muy limitante en la niñez y la adolescencia lo sea sensiblemente menos, al menos en apariencia.
Un problema de los portadores de TEA adultos es que pareciera que su problemática no requiriera más apoyos después de la etapa escolar, ya que mucha de la atención que se les brinda durante ese tiempo cesa de repente. La mayor parte de ellos no continúa sus estudios y otros tienen dificultades para encontrar un empleo por sus propios medios. Menos de un tercio logra tener una actividad remunerada.
También se reporta que pueden existir dificultades para conservar el empleo y que sus intereses pueden estar acotados a unos pocos ítem.
Según el portal estadounidense dedicado a los TEA Autism Speaks, en ese país más de la mitad siguen desempleados y tampoco continúan su educación tras terminar la escuela secundaria. Por otra parte, también señala que de las 18.000 personas con Autismo que participaron en programas estatales de rehabilitación en 2014 solamente el 60% de ellos se beneficiaron con un trabajo y que el 80% de los mismos lo hizo con ocupaciones de media jornada, por lo que los sueldos percibidos los situaban por debajo de la línea de la pobreza, mientras que cerca de la mitad de aquellos con 25 años de edad o más jamás habían tenido ingresos laborales.
Sea en los que traen la condición desde la infancia o aquellos diagnosticados en la edad adulta con cierta intensidad sintomática, un inconveniente propio de la adultez es la muerte de los padres u otros referentes que pudieran ser el sostén de la persona, ya que eso suele dejarlos librados a su suerte, sin apoyos cercanos, lo que puede comprometer su aparente estabilidad.
Aquellos sin diagnóstico llegan a la consulta de diversas maneras. Unos lo hacen derivados por otros profesionales de la salud, ante la presencia de algunos síntomas que hagan suponer la existencia de Autismo. Otros lo hacen por iniciativa propia, probablemente por haber recibido o buscado información al respecto en la que se revela que ciertas dificultades que experimentan podrían deberse a tal condición o ante la inducción de alguien allegado que nota algo similar. También que una persona cercana, sea familiar o no, que tenga características similares a las propias reciba un diagnóstico puede impulsar a tratar de dilucidar si se porta algún trastorno del espectro autista o no.

Autismo en adultos

El diagnóstico
Un primer paso ante la duda es realizar alguno de los numerosos test online disponibles. Todos ellos indican que los mismos no implican un diagnóstico, sino que simplemente orientan a quienes los completen respecto de si algunas de sus características personales podrían caer bajo el amplio paraguas de los TEA. Uno de los más breves y de los utilizados con mayor frecuencia es denominado Cociente del Espectro Autista de 10 ítem. Existe otro más extenso con el mismo nombre, de 50 entradas.
Se trata de una decena de preguntas con cuatro posibilidades: concuerda totalmente, concuerda algo, desacuerdo leve y desacuerdo categórico.
Lo que se inquiere es lo siguiente:
1. Frecuentemente percibo sonidos que otros no detectan.
2. Me concentro más en toda la figura que en pequeños detalles.
3. Me resulta fácil realizar más de una tarea simultáneamente.
4. Si se produce una interrupción, puedo retomar rápidamente la tarea.
5. Me resulta fácil ?leer entre líneas? cuando alguien me habla.
6. Me doy cuenta cuando mi conversación resulta aburrida.
7. Cuando leo me resulta difícil darme cuenta de las intenciones de los personajes.
8. Me gusta clasificar cosas (tipos de autos, de animales, de plantas, etc.).
9. Me resulta fácil saber lo que piensa o siente otro con solo mirarlo.
10. Me resulta difícil darme cuenta de las intenciones de los otros.
La puntuación es como sigue: cada pregunta vale un punto; en lo atinente a las preguntas 1, 7, 8 y 10, suma si concuerda total o parcialmente con el enunciado; en el resto de ellas, deberá adicionarse el mismo valor en caso de encontrarse en desacuerdo leve o categóricamente. Cuando el conteo de los resultados da 6 o más, resulta pertinente realizar una consulta con un especialista. Insistimos en que de ninguna manera esta herramienta realizada por el Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge ni ninguna otra de las que hay en internet sustituyen al diagnóstico llevado a cabo por un profesional de salud idóneo en la materia, sino que se trata de una simple orientación.
Otros test accesibles por la misma vía con resultados inmediatos son, entre muchos otros:
? Cociente de Empatía (EQ): http://espectroautista. info/EQ-es.html.
? Cociente de Espectro Autista (AQ): http://espectroau tista.info/AQ-es.html.
? Cociente de Espectro Autista Abreviado (AQS): http://espectroautista.info/AQS-es.html.
? Cociente de Sistematización (SQ): http://espectroau tista.info/SQ-es.html.
? Cociente de Sistematización Revisado (SQ-R): http://espectroautista.info/SQR-es.html.
? Cuestionario de Amistad (FQ): http://espectroautista. info/FQ-es.html.
? Cuestionario del Fenotipo Ampliado del Autismo (BAPQ): http://espectroau tista.info/BAPQ-es.html.
? Escala de Comportamiento de Cambridge (CBS): http: //espectroautista.info/CBS-es.html.
? Test del Espectro de Autismo: https://www.idrlabs. com/es/espectro-de-autismo/test.php.
En cada uno de ellos se dan las referencias acerca de cómo tomarlo y sobre su interpretación. Algunos de los mismos son para que responda el propio individuo o también puede hacerlo algún referente.
Sean niños o adultos, la progresión diagnóstica es prácticamente la misma. Ante algunos inconvenientes que hagan sospechar la posibilidad de alguno de los TEA, la primera consulta corre por cuenta de un médico clínico, quien practicará una anamnesis, esto es una exploración clínica que se ejecuta mediante el interrogatorio para identificar personalmente al individuo, conocer sus dolencias actuales, obtener una retrospectiva de él y determinar los elementos familiares, ambientales y personales relevantes. Después de ello, es posible que si la sospecha cobra cuerpo en la misma entrevista, se derive al paciente a algún profesional capaz de reafirmar lo detectado. Si no logra determinarse esa necesidad, lo más corriente es que se recurra a efectuar un diagnóstico diferencial para descartar alguna patología que pueda estar produciendo síntomas que tengan similitud con los de alguno de los tipos de Autismo, lo que puede incluir desde análisis de sangre hasta técnicas de imaginería.
Existen varios test a administrar por psicólogos y psiquiatras que ayudan, junto con la observación de las conductas, a determinar la existencia de un TEA en un adulto sin diagnosticar.
Una vez establecido que el paciente es un portador de la condición, el paso siguiente es determinar un proceso terapéutico adaptado a las características personales del mismo que le permita desempeñarse con la mayor independencia posible.
Además de lograr estrategias para lidiar con problemas que se presentan insistentemente, el hecho de hallar cuál es la causa de ellos suele brindar un poco de paz a los sujetos, ya que saber cuál es el inconveniente suele ser la forma de comenzar a encarar las soluciones. Otro de los beneficios que esto aporta es que podrá explicar a su entorno el por qué de sus conductas ?extrañas?, logrando, de esta manera, una mejor aceptación.

Disidencia sobre el diagnóstico en adultos
En general, no se duda de que quien obtuvo un diagnóstico correcto en la infancia es más que probable que lo mantenga a lo largo de toda la vida, pero se plantea una duda respecto de los diagnosticados en la edad adulta.
Los cuestionamientos principales pasan por lo mismo por lo que algunos profesionales dudan de la ?epidemia? de Autismo en niños que llevó a que la prevalencia haya aumentado tan dramáticamente en poco más de dos décadas: de 1 en 150 en el año 2000 a 1 en 44 en la actualidad.
Si bien reconocen que la información sobre los TEA ha aumentado notablemente y que la difusión de la problemática ha logrado notoriedad pública, también algunos creen constatar que ello se debe, al menos en parte, a que los criterios diagnósticos se han relajado demasiado, por lo que no solamente crece el número de niños sino que, juntamente con ello, hace una eclosión similar la detección en personas de mayor edad, por lo cual existiría en ambos casos un sobrediagnóstico, con las implicancias que ello tiene para la vida de las personas. Esto explicaría, también, el relativo alto porcentaje de aquellos detectados tempranamente que más tarde pierden los síntomas.

Para concluir
Más allá de la polémica sobre la cuenta de casos, la problemática que presentan los adultos con diagnóstico temprano o tardío no escapa a la que es común a edades menores. Lo que sí parece es que los detectados en la edad adulta tienden a mostrar síntomas más leves que el promedio y que muchos de ellos llegan allí indetectados por su capacidad de mimetización a través de estrategias de ocultamiento.
Lo que es necesario tener en cuenta es que, cualquiera sea la edad y el grado de compromiso de quien porte alguno de los TEA, la comprensión, la contención y la integración jamás deben faltar.

Para consultar:
? https://www.autismspeaks.org/autism-statistics-asd
? https://www.medicalnewstoday.com/articles/326841#diagnosis
? https://www.healthline.com/health/autism-in-adults#support
? https://www.nhs.uk/conditions/autism/signs/adults/
? https://elcisne.org/autismo-cuando-el-diagnostico-se-pierde/
? https://apadea.org.ar/featured-2/la-importancia-del-diagnostico-de-autismo-en-adultos/
? https://psicologiaymente.com/clinica/autismo-adultos
? https://www.neuropediatriaytdah.com/trastorno-del-espectro-autista-tea-en-jovenes-y-adultos/
? https://autismodiario.com/2011/05/04/estudio-epidemiologico-del-espectro-del-autismo-en-adultos-en-el-reino-unido/
? https://neuropediatra.org/2018/04/02/aumenta-autismo-2-de-abril/
? https://www.medicinabuenosaires.com/indices-de-2010-a-2018/volumen-78-ano-2018-suplemento-2-indice/envejecimiento-en-personas-con-trastorno-del-espectro-autista/
? https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=76519
? https://www.mindyra.com/es-cr/solutions/adults/autism

FUENTE: REVISTA EL CISNE

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