Útiles, pero no escolares. Un cuaderno mágico que aparece, desaparece, se quema, se fotocopia y nadie lo vio
Hoy se conoció un documento incontrastable y revelador que demuele la inventada "causa cuadernos", pero ´¿quien se entera?
La escena podría ser de un cuento de Chesterton.
Un anónimo le entrega fotocopias de un supuesto cuaderno a un periodista. Las anotaciones serían registros que realizó un chofer. Chofer de un funcionario de tercera línea.
El periodista se presenta a la justicia ¿pruebas? Ninguna. Igual, se difunden los jugosos contenidos del supuesto cuaderno. Involucra a empresarios y funcionarios.
Antes de que existan imputaciones, a propósito de la divulgación, la sociedad ya condenó a los mencionados. Los aludidos públicamente son sólo los funcionarios. Los empresarios, supuestamente implicados, acuden a la figura del delator arrepentido.
El elemento de prueba carece de validez jurídica. Se avanza, igual. Argumentan que los documentos originales fueron incinerados. La administración del poder judicial federal arremete como si en vez de fotocopias, estuviese la pieza original.
El texto describe una trama incomprobable, pero la comunidad ya aplicó su inapelable condena: culpables, corruptos.
Jueces y fiscales, se ven respaldados, unos, impelidos, otros para dictar medidas en función de lo que los medios iban narrando.
Los hipotéticos empresarios corruptos arrepentidos, libres y disfrutando de sus exitosas compañías.
Radios, redes, televisión, diarios digitales y de papel, extendiendo la comedia (dramática) como cuando editaban episodios semanales de obras literarias de ficción.
Pocas cosas tan efectivas como el incentivo del odio. Ya nada le importa a esa facción de la sociedad ,hastiada, saturada de que los de "arriba" se aprovechen de su ocasional posición.
La carátula, la calidad del delito, la realidad del acontecimiento, no interesan. Sólo quieren cárcel y más rejas para los funcionarios malditos. El apetito de justicia lo sacian confirmando su "viste, yo te lo dije"
Juez y fiscal, regidores de la ópera del director, autoridad del ejecutivo. Manuales, tratados y capítulos iniciales para flamantes estudiantes de derecho insisten en la gravedad de que prospere un caso en el que no hay qué juzgar. Las fotocopias están expresamente observadas y rechazadas como prueba.
Los medios dejan filtrar una nueva versión: el cuaderno está. Heródoto siente que sus plagiadores han perdido no sólo el respeto mítico sino la vergüenza.
Inexplicable cómo un cuaderno podría contar con las virtudes del ave Fénix, y conservar las letras ordenadas en palabras. Palabras que describían los pasos groseros de una corrupción premeditada.
Ray Bradbury (aunque ausente) deprimido por la intrascendencia en la que había caído su novela Farenheit 451. Qué sentido tendría la transmisión oral de la literatura si acá, lograron restituir las páginas de un cuaderno antes disuelto entre llamas. Llama la atención alguna inconexión. Se advierte que hay modificaciones. Tachaduras. Correcciones.
Las inconsistencias no eximen a algún funcionario ni sobreseen al resto. La persecución judicial destempla. Corroe. Agota. Los crédulos odian cada vez con más vehemencia. La política vuelve a desvanecerse frente a la imagen que esos medios, con el concurso de sus inspiradores, ha esculpido ante la mirada asqueada de la gente (de bien).
El juez "que entiende en la causa", titulan, muere. Pero las condenas prosiguen. Los empresarios, bien gracias. Punto.
Febrero, 20 de 2024
La información la revela un diario: Tiempo Argentino. Aparece uno de esos empresarios, Mario Rovella. El beneficio de ser (hipotéticamente) corrupto, pero delator, es lo que lo habilitó para no estar privado de la libertad. En estas épocas en las que "privado" y "libertad" suenan a sinónimo.
El hombre de negocios, irrumpió en la escena, con una prueba de contundencia indiscutible.
Un sobre lacrado. Adentro, una declaración (el instrumento) firmada en febrero de 2018. La fecha coincide con el día previo a su declaración indagatoria. Tomó todos los recaudos. Hizo autenticar ante escribano público ese testimonio escrito. Lo introdujo en un sobre y lo lacró. Cuánto misterio. Espere. No es para menos.
¿qué contiene ese documento, ese papel, firmado por el empresario Mario Rovello?.
Una declaración en la que sostiene, sin subterfugios, que su declaración sería falaz. Sí. Mentiría de manera intencionada en su indagatoria. A sabiendas. Documentó que lo que declararía ante el juez sería una mentira. Tal como le habían indicado (dicho, insinuado, sugerido) involucraría a Cristina de Kirchner, Julio De Vido y José López en su transa, en pago de coimas, para beneficio de su empresa. ¿para qué? Porque ese era el peaje para que, en vez de encerrarlo, gozaría de la libertad (como muchos otros) como "arrepentido".
Cinco años que se hicieron seis
El compromiso inicial, para dar a conocer ese documento que develaba el ardid (y la coacción) fue preservarlo cinco años. Un año atrás, sus abogados lo presentaron ante la Tribunal Oral Federal N°7 Oficina Fiscal. La intención de la defensa, y el propósito de ese documento, es que se anule su declaración indagatoria, en la que expresamente mintió para poder gozar de libertad (aunque bajo el régimen del arrepentido).
Esos hechos que me veo obligado a admitir (pagos incluidos en el Anexo 6 de la declaración del día 3 de septiembre de 2018 de Ernesto Clarens ante el Fiscal interviniente) no resultan ser verdaderos, y son los que se incluyen en el escrito que en copia se adjunta
La frondosa imaginación de cualquier escritor que podamos recordar, no alcanza para explicar el tenor de esta "causa cuadernos". Este hecho. Esta develación del empresario Rovello, más allá de los aspectos procesales, desnuda un sistema que mete miedo. Tan claro y conciso como eso: mete miedo.
Perversión eficaz
La intención política de algunos personajes, sólo ha contribuido a erosionan la credibilidad. Rompe acuerdos mínimos e indispensable que la sociedad necesita tener. Esta elucubración y puesta en práctica de un mecanismo perverso, que involucra a parte de la justicia, a empresarios y a medios de comunicación, con el fin de demonizar a dirigentes y también a algunas figuras reconocidas y queridas, destruye el tejido social. Nos obliga a ser redundantes: se ha herido de muerte al principio fundamental del derecho, la presunción de inocencia, y se ha prostituido el espíritu fundante de la justicia por el desprecio a la verdad y el estímulo a las denuncias falsas.
Quien dijo que todo está perdido
No es el corazón, hoy, lo que puede abrir una ventana a la esperanza, sino la razón. La razón y la historia.
Ante un panorama desolador, la incertidumbre como daga cotidiana y una actualidad que a veces asusta, que esté Mariano Cúneo Libarona como ministro de justicia, alienta algunas expectativas en un sitio que es imperioso revisar y cambiar.
En sus manifestaciones , durante años, ha demostrado equilibrio y razonabilidad en temas en los que cotizaba mucho más adherir al escándalo y alentar el asco social. Además de sus cualidades académicas y capacidad intelectual, Cúneo Libarona puede ser un factor clave en devolverle sensatez y decencia al más oculto poder de la República, que viene defeccionando no por la ausencia de toga sino por la carencia de pudor.