Opinion/Discapacidad

Una hinchada grande es la que tiene lugar para todos

Una historia real, dolorosa y cotidiana sobre cómo el Club Sportivo Independiente Rivadavia le da la espalda a hinchas con discapacidad. La voz de un abuelo leproso que, junto a su nieto, reclama por una tribuna verdaderamente inclusiva.

Mario R. Brandi

"¡¡¡SOY LEPROSO.... SOY!!!" Desde siempre. Desde que tengo memoria. Nací y crecí en Rivadavia, y cada partido es una emoción que se renueva. Pero desde hace un tiempo, esa pasión convive con otra realidad: la de mi nieto Santiago, de 7 años, que tiene parálisis cerebral. Juntos, percibimos lo difícil que sigue siendo para las personas con discapacidad -o "con disca", como aprendí a decir- ser parte, estar incluidas. También en el fútbol. Especialmente en el fútbol.

Una situación que duele y no debería ocurrir

En el último partido contra Aldosivi, al llegar a la tribuna de socios, me encontré con Luis, un hincha con disca que se sienta siempre en las mismas butacas que nosotros, parte del ritual. Pero esta vez lo vi irse. Le pregunté por qué, y me contó que no lo dejaban entrar. No había podido tramitar la autorización para el ingreso sin cargo, algo que debe hacerse días antes del partido. Intentó en la Secretaría del Club, sin éxito. Me ofrecí a ayudarlo.

Fui yo mismo a hacer el trámite. Y ahí me explicaron las nuevas condiciones: las personas con discapacidad solo pueden asistir a un partido sí y otro no. Además, deben anotarse con 72 horas de anticipación... ¡pero solo hay lugar para 30! Si se llena esa lista, simplemente no entran. ¿Y después? A volver al club, hacer todo de nuevo y probar suerte para el siguiente.

¿Un favor o un derecho?

Después de lograr que autoricen a Luis para el próximo partido, pedí hablar con el gerente del Club. Su respuesta fue desoladora. Me dijo, casi con soberbia, que "estaba haciendo un favor" a los discapacitados de Mendoza. Primero, señor: se dice personas con discapacidad. Y segundo, no se trata de favores. Se trata de derechos.

Afirmó que no está obligado legalmente a nada (lo cual es cierto), que se trata de eventos privados, y que no pueden ceder muchas butacas porque "no hay suficientes". Pero yo voy a todos los partidos. Sé que hay butacas vacías. Las veo. No me lo contaron.

Una cancha para todas y todos

Y sí, está la posibilidad de comprar una entrada. Pero muchos no pueden. Porque no tienen ingresos fijos. Porque no pueden trabajar. Porque sus condiciones se lo impiden. Esta nota es por ellos. Por los que no pueden, por los que son socios, por los que quieren ser parte. Por quienes merecen una cancha que los reciba con dignidad.

Propongo una comisión que se encargue de repensar estas reglas injustas. Me ofrezco a colaborar. Porque amar a un Club también es querer verlo crecer en inclusión, en humanidad, en respeto.

Que la tribuna leprosa también sea inclusiva

Sueño con una gran tribuna para hinchas con disca. Digna, accesible, con rampas, butacas cómodas, señalética clara, sanitarios adaptados. Todo lo necesario para que ser parte no dependa de la suerte, la burocracia o los "favores".

Soy leproso de corazón, y esta nota nace desde ese amor. Para que nuestro Club Sportivo Independiente Rivadavia sea también ejemplo de inclusión. Para que todos y todas tengamos un lugar donde alentar, soñar, y sentir que verdaderamente pertenecemos.

Mario R. Brandi

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