Las segundas partes nunca fueron mejores

Volver a irse justo a tiempo

Fernando Rule recuerda a Tonio Contreras

El long play de Canturía fue quemado en las casas por el terror que ya se metía en los entrecijos de cada familia. Las canciones las conocíamos de memoria desde que se presentaron en el Teatro Independencia lleno de jóvenes que escucharon casi todo el concierto de pie. Escuchamos la burla a los colonizadores, "que se eche abajo el árbol, si crece a espaldas del rey"... pero el árbol ya fue plantado. 

Estallamos de emoción con ese dolor por la pobreza cuando el Tonio arrancó con "marrón, marrón". Todo lo que hacíamos iba acompañado por canciones, cantadas o silbadas.

En la parada de colectivos, en el frente de la Casa de Gobierno, Eduardo, un delegado gremial que integraba Canturía, me dijo "nos vamos, estamos amenazados" El terror se empezaba a meter por todas las fisuras. Todos los días corrían noticias de asesinados y desaparecidos, estudiantes, chicos de la UES, intelectuales, artistas, sindicalistas, delegados gremiales, periodistas...dicen que al Tonio lo chuparon. No, que alcanzó a irse. Dicen que está en Europa, dicen que tiene acento catalán, o que habla en catalán, o en francés. Volvió montado en un Lada, cantando, recitando de memoria a García Lorca o a Miguel Hernández, diciendo zambas habladas o cantadas junto a párrafos completos de Cervantes o Francisco de Villegas. Volvió a sus amigos, a los pibes que ya éramos grandes y que seguíamos escuchándolos. Asados, reuniones en el Centro Cultural Israelita, coros, marchas reclamando justicia del 24 , cafés del centro, almuerzos contando historias, veras, apenas mentadas o simplemente inventadas

El Tonio volvió cantando con su biblioteca, sus discos, sus ironías y en este enero de mierda, perdón, de Milei quise decir ... se fue el viejo comunista, el que nunca se quitó la camiseta, al volante de su Lada, con la guitarra en el baúl.