Los sueños inconclusos de Mendoza
El monumental edificio Diamante, sede de la Casa de Gobierno de Mendoza, en medio de la Plaza Independencia y la Década Infame
Especial de Orlando Pelichotti
Edición: Ariel Robert
Explorar la historia de nuestra provincia, siempre nos depara sorpresas
El palacio majestuoso para el Poder Ejecutivo Provincial quedó sólo en un ambicioso proyecto. Su boceto, su maqueta y sus planos nos ayudan a imaginar lo que pudo ser y no fue. Desde Diario PORTADA viajamos en el tiempo hasta casi un siglo atrás, más precisamente a 1926, para rescatar material inédito y otro escasamente conocido del Diamante, edificio imaginado para La Casa de Gobierno que nunca se construyó.
Edificio en el que funcionaba la Casa de Gobierno cuando se proyectó el nuevo edificio. Foto gentileza Archivo General de la Nación
Excelente idea, un verdadero castillo en el aire
La transformación urbanística de la Ciudad de Mendoza, capital de la provincia homónima, pero también el centro de poder más gravitante en el centro oeste de la Argentina, iba avanzando. Desde la traza de las calles hasta la aspiración de las edificaciones llamadas horizontales, dejaban atrás la tragedia del terremoto de 1861 para que Mendoza luciera como las otras grandes ciudades del mapa nacional. Como describimos aquí mismo, el Pasaje San Martín, fue un fiel testigo de las aspiraciones de las primeras década del Siglo XX. Se insinuaba una capital con edificaciones de altura, y el signo distintivo fue el sueño de elevar una construcción de rasgos imperiales para la Casa de Gobierno de Mendoza.
Arquitectura robusta que se elevaba
Los registros catastrales en aquellas primeras décadas del Siglo XX destacan la construcción del Pasaje San Martín y la existencia de 30 residencias de dos plantas, contiguas, y lo más significativo: 200 construcciones sismo resistentes, primeras obras edilicias que contemplaban la inminencia de movimientos telúricos de importancia, a propósito de la falla en la que se asienta gran parte de las ciudades del Gran Mendoza.
Hecha la ley, concurso público
En la Legislatura Provincial fue aprobada la Ley 886, con fecha 25 de julio de 1926, rubricada por el presidente de la Honorable Cámara de Diputados Fausto J. Alonso y por el presidente del Senado Carlos Washington Lencinas. Esta Ley habilitaba el llamado a Concurso para el diseño del futuro Palacio del Poder Ejecutivo de Mendoza. Su enclave fue previsto en el centro de la Plaza Independencia. El lago que ocupaba un importante perímetro de la enorme plaza iba a desaparecer. La suntuosa Casa de Gobierno ambicionada completaría un paisaje arquitectónico donde el poder lucía elegante y señorial. Sobre calle Chile, o sea al oeste, estaban los recientes y sólidos edificios del Colegio Nacional Agustín Álvarez, el del Plaza Hotel y el bello teatro provincial, el Independencia.
Arquitecto Alejandro Christophersen,; Raúl Togneri, Carlos E. Becker, también el ingeniero Segismundo Klot, David Danemann además del Ministro de Industrias y Obras Públicas doctor José Aguilar.
La sociedad auscultaba el Concurso
El miércoles 20 de abril de 1927 cerró la convocatoria y 36 empresas presentaron propuestas verdaderamente innovadoras para su tiempo. Cada postulación debía tener un nombre -o lema-. La evaluación de los anteproyectos tuvo lugar en el amplio sótano del Pasaje San Martín. Durante varios días, el público tuvo la oportunidad de visitar y conocer las distintas presentaciones. Largas filas de curiosos superaban las dos cuadras, según figura en las crónicas de la época publicadas en Diario La Palabra. El jurado fue integrado por el Arquitecto Alejandro Christophersen, Raúl Togneri, Carlos E. Becker, también el Ingeniero Segismundo Klot, David Danemann además del Ministro de Industrias y Obras Públicas Doctor José Aguilar, debatiendo hasta el 30 de abril.
En el podio
El Jurado debía elegir uno de entre los muchos proyectos. Llegaron a instancia final los proyectos: Sonkoy, Uspallata, Augusto, Maipú, Oro, Águila, Atuel, Aconcagua, Diamante, Travayl, Escuadra y Compás, Yungai, Pax, Patricias Mendocinas, Círculo y Luz. El jurado consagraría a tres de esos proyectos hasta optar por uno sobre esa terna. El 4 de mayo de 1927, se anunció cuales eran los tres finalistas, y en el orden de preferencias quedó establecido quién lideró en el concurso.
Proyecto ganador del Concurso para la Construcción del edificio de la Casa de Gobierno 1927 DIAMANTE
Lo menos autóctono
Los tres que compitieron: Aconcagua, de Raúl J. Álvarez; Diamante, de Pablo Pater y Alberto Morea,y Maipú, de José A. Rabuffi. Resultó ganador "Diamante". El premio consistía en una importante cifra de dinero, desvinculada del costo de que demandaría la obra. Los autores Pater y Morea, jamás recibieron su parte, los porqué obedecen a lo que luego ocurrió.
Alejandro Orfila, Gobernador de Mendoza 1927
Licitación inmediata
La voluntad por concretar el nuevo edificio de la Casa de Gobierno con urgencia era innegable. El llamado a licitación y la posterior designación directa en favor de la Casa F. H. Schmidt & Cía evidencia la decisión de inmediatez. Comenzaron los primeros movimientos de tierra. El plazo impuesto originalmente fue de dos años. El costo total previsto: 5.641.322 pesos. Recién determinado el proceso del Concurso y la contratación de la empresa que llevaría adelante la construcción, comenzaron las excavaciones para las plateas de fundación. El 25 de mayo de ese año, como parte de los festejos patrios, se lo vio feliz al gobernador de entonces, Alejandro Orfila, colocando la piedra fundamental y firmando el acta oficial en del futuro palacio.
Vista aérea del Proyecto DIAMANTE. Foto gentileza Archivo General de la Nación
El Diamante en detalle
Los autores del proyecto ganador, Pater y Morea, justificaron la invocación de "Diamante" porque el edificio sería un atractivo sólido, que podría destacarse a la distancia del resto de las construcciones. Brillaría en el nudo central de la Plaza Independencia. El diseño del flamante edificio gubernamental había superado a 34 competidores. Las maquetas de gran tamaño y el dibujo que lo mostraba una vista aérea anticipaba una Casa de Gobierno majestuosa, monumental.
La imponente fachada de lo que sería el edificio DIAMANTE, sede del Poder Ejecutivo de la provincia de Mendoza
Las formas
En su memoria descriptiva, en el decreto 554 del 5 de agosto de 1927, que se conserva junto a los planos originales inéditos en el Archivo General de Mendoza, podemos destacar que su formato era casi cuadrado, cuya altura era uniforme, armonizando así con el resto de los edificios lindantes con la Plaza Independencia, tenía previsto dos entradas para autos, en el recinto recibidor de honor destinado a las personalidades y visitas ilustres. El estilo de carácter monumental que se eligió, responde a las necesidades de destacar del resto de edificios de gobierno, también el uso de mármoles italianos, esculturas de mármol carrara, la carpintería de cedro, vitrales franceses y las grandes cúpulas, sostenidas por un sistema de columnas externas.
Modelo funcional
El número de pisos obedecía a la cantidad de ministerios y oficinas que tendría. Construcción apta para resistir sismos. El subsuelo sería destinado a los Ministerios de Hacienda y de Gobierno, dado que no tiene relación directa con el público. Se contemplaron los espacios para oficinas de Contabilidad, Control, Archivos de Contaduría, Cuerpo de Guardia Policial, Bomberos, Tesorería y la Imprenta. Dos ascensores para el público y uno interno para el gobernador, que serían importados desde Estados Unidos, marca Otis. Cabe recordar que hasta ese año, sólo existían cinco ascensores en nuestra provincia.
Distribución del nuevo palacio
Al primer piso se accedería desde las calles internas que rodeaban al edificio. Despacho Oficial del Gobernador. Oficinas del Ministerio de Hacienda, y las dependencias con contacto de mucho público, como eran Contaduría, Pagos, las de Apremios, Avalúos, Rendición de cuentas, también un ala de Registro Civil, Boletín Oficial y la Oficina del Correo.
Vista Lateral del edificio de la Casa de Gobierno que comenzó a construirse durante la gestión de Alejandro Orfila
Subamos
En el segundo piso, se ubicarían las oficinas de la Dirección General de Industrias, el Ministerio de Obras Públicas, Inspección General, Contaduría y Archivo General. En el tercer piso la Dirección de Obras Públicas, la sección de Petróleo, Geología y Topografía, también Hidráulica, Catastro y Arquitectura.
¿adónde quedó el palacio del poder ejecutivo?
La obras se habían programado con precisa cronología. En su primera etapa sería el turno del primer nivel del subsuelo, junto a las bases de las columnas, la platea de fundación y el encofrado de varias de las principales estructuras de hormigón armado. Debieron interrumpir la obra tras un grave incidente que le costó la vida a tres operarios, en diciembre de 1928. En frente, dentro de la legislatura Provincial, el escenario político conspiraba con la prosecución del edificio de la majestuosa Casa de Gobierno. Las disidencia entre oficialismo y oposición postergaba la posibilidad de desembolsos para dar continuidad a la construcción del edificio Diamante.
Vulnerable
Argentina no pudo eludir la crisis que provocó en todo el mundo el "Crack de 1929". La moneda nacional se deterioró y obligó al presidente Yrigoyen en su segundo gobierno, abandonar la Convertibilidad del Peso Argento (1929, no 2001) y la tensión social de la crisis fue inevitable en todo el país y Mendoza no pudo evitar el colapso. La virulencia en la provincia fue inclusive más intensa, el asesinato del Senador, exgobernador y referente Carlos Washington Lencinas, en noviembre de 1929, conmocionó a la sociedad toda.
Toneladas de hierro, cemento y maderas para el encofrado. Los cimientos de un sueño que nunca se concretaría
A puros golpes
La complejidad económica se acentuó con la inestabilidad política. En Mendoza con el lencinismo, tanto como en San Juan con el cantonismo, las intervenciones federales eran de una pasmosa habitualidad. Golpes provinciales que luego tuvieron su colofón en el primer Golpe Institucional, contra el presidente Hipólito Yrigoyen, perpetrado desde el poder militar, liderado por Félix Uriburu pero con la anuencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La crisis económica brutal más la inauguración de los golpes militares provocaron el cese total de la continuidad de la obra del palacio gubernamental mendocino.
Década infame y parálisis en la obra de la casa de gobierno
La obra inconclusa develaba el estado de abandono general. Las inundaciones del 1932 y de 1936, habían degradado cimientos y vigas inferiores, transformando al edificio Diamante en una frustración irreversible. Recién en 1939 la Dirección Provincial de Arquitectura, bajo la Dirección de Arturo Civit, proyectó el Monumento a la Bandera, aprovechando lo poco que se podía rescatar. En el mismo enclave funcionaría el Museo de Bellas Artes; el Museo Sanmartiniano y la sede de Junta de Estudios Históricos, un ambicioso proyecto arquitectónico que también tuvo premiación, con grandes anuncios y muchas fotos de inauguraciones, pero nunca se concretó, pasando a ser nuevamente la elocuencia del abandono.
Volvamos al parque
Finalmente, en 1941, el arquitecto Daniel Ramos Correas, Director de Parques, Calles y Paseos de Mendoza, resolvió que la Plaza Independencia volviera a ser un espacio público verde, en cuya vista principal se pudiera distinguir la gran fuente característica, con un importante muro que la atravesaba, y al espacio inferior lo destinó para ser las sedes culturales, lo que hoy constituyen el Teatro Municipal Julio Quintanilla, la Biblioteca Ricardo Tudela y del flamante Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza.
Democracia plena
Recién a finales de la década de 1940 y principios de 1950, habiendo atravesado la Década Infame y viendo un desfile de administraciones gubernamentales intervenidas, la ambición de construir un nuevo edificio genuino para el Poder Ejecutivo de Mendoza cobraría cuerpo, pero ya no en el enclave de la Plaza Independencia. Sería en la gestión del incipiente peronismo mendocino y en terrenos de la Quinta Agronómica. El proyecto del Barrio Cívico ya en 1948 sepultaría definitivamente el glamoroso proyecto Diamante. Cambio de época y conceptos, reemplazo de sueños suntuosos por obras más funcionales, también de grandes dimensiones, que tampoco se concretaron en los tiempos previstos, aunque en 1951 ya se había concretado el Ala Este de la nueva casa de gobierno, adonde se mudó el lugar de trabajo del gobernador.
Mayo 1952. 15 años después del sueño del edificio Diamante, el gobernador Blas Brisoli asesta el último golpe al antiguo edificio de la Casa de Gobierno que funcionó hasta que se