Resumen Porteño: Un gobierno que gobierna contra los derechos de la mayoría

Este 2025 nos encuentra así. Con incertidumbre. Con inestabilidad. Con un malestar que no es sólo económico, sino vital.

Adrián Characán

No está de más repetirlo, aunque se haya dicho muchas veces: Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires.

Este 2025 nos encuentra así. Con incertidumbre. Con inestabilidad. Con un malestar que no es sólo económico, sino vital.

Familias endeudadas y sobreendeudadas, tarjetas reventadas, sueldos que no alcanzan, proyectos puestos en pausa. Y la pregunta que vuelve, siempre la misma: ¿qué hicimos para llegar hasta acá?

Tal vez la respuesta no sea simple ni inmediata

Tal vez haya que mirar más atrás. Mucho más atrás.

Tal vez haya que volver a aquel 24 de marzo de 1976, cuando un golpe de Estado no sólo instauró el terror y desapareció a 30.000 argentinos, sino que también sembró las bases de un modelo que todavía hoy sigue dando frutos amargos. Trabajadores, militantes, estudiantes, filósofos, pensadores, economistas: un país diezmado no sólo en cuerpos, sino en ideas.

Aquella derecha -civil y militar- entendió algo que otros no supieron o no pudieron ver: que el poder no se ejerce sólo con armas, sino con miedo, con justicia adicta, con economía disciplinadora y con tiempo. Mucho tiempo.

Arturo Jauretche lo advirtió cuando pudo. Les decía a los pibes que militaban que no se metieran con esa gente, que no sabían de lo que eran capaces. No exageraba. No se equivocó.

Luis Alberto Spinetta, en 1983, lo dijo a su manera

En Resumen Porteño habló de Ricky, de la colimba de la Marina, de esa generación enviada al borde del mundo sin preparación ni sentido. Pero también habló del infierno inflacionario. 

De ese fuego persistente que quema siempre a los mismos.

En otro pasaje de la canción, Spinetta dice:

"Solo está feliz en los conciertos

y siempre se la llevan detenida,

como un ángel."

Ese verso, escrito en 1983, permite hoy un paralelismo inquietante. La felicidad como sospecha. La juventud como amenaza. La detención arbitraria como método. Ayer y ahora, el mismo reflejo autoritario: detenciones indebidas con el solo efecto de amedrentar.

Aquella lógica, que parecía quedar atrás con el fin de la dictadura, volvió a instalarse como práctica. Criminalizar la protesta, desalentar la calle, sembrar miedo. No se trata de hechos aislados, sino de una política que sienta bases sólidas y persistentes.

Patricia Bullrich es una de las principales responsables de esa doctrina: la protesta convertida en delito, el reclamo social leído como desorden, y la represión legitimada como herramienta de gobierno. Lo que ayer era clima, hoy es política pública.

Ese infierno inflacionario que, desde aquellos años fue un eficaz modelo, que empobreció a millones de argentinos, licuó salarios, pulverizó ahorros y volvió inestable la vida cotidiana. Un fenómeno que no fue accidental ni inevitable, sino funcional a un modelo de concentración. Mientras la mayoría perdía, algunos ganaban. Y ganaban mucho.

Desde entonces hasta hoy, la inflación fue una de las principales herramientas de transferencia de ingresos de abajo hacia arriba. En ese proceso crecieron y se consolidaron grandes corporaciones y grupos económicos: el Grupo Clarín, el Grupo Macri, y en tiempos más recientes figuras emblemáticas de la economía concentrada digital, como Marcos Galperin, con un Mercado Libre que hoy participa, intermedia y condiciona buena parte de la actividad económica del país.

El libre mercado con factura a nombre del Estado

Spinetta no escribía consignas. Escribía climas. Y ese clima -el del miedo, la incertidumbre y la inestabilidad permanente- todavía persiste.

Malvinas fue parte del mismo entramado de violencia y deshumanización

La guerra dejó 649 soldados argentinos muertos en combate, una cifra oficial. Pero la tragedia no terminó en 1982. A esa derrota se sumó otra, silenciosa y prolongada: la de la posguerra.

No existe un registro oficial consolidado sobre los suicidios de excombatientes, pero las asociaciones de veteranos y los relevamientos periodísticos coinciden en una estimación dolorosa: entre 350 y 500 exsoldados se suicidaron en los años posteriores. Pibes que volvieron y no encontraron lugar, trabajo, escucha ni reconocimiento. Fueron ocultados, negados, olvidados.

El gobierno de Milei autorizó que tropas de EE.UU ingresen al país de manera inconstitucional

Porque lo que vino después no fue una ruptura, sino una continuidad prolija. Funcionarios que quedaron, jueces que ascendieron, economistas que cambiaron de cargo pero no de ideas. Martínez de Hoz tuvo herederos. Cavallo, Sturzenegger fueron algunos  de ellos. Y la línea sucesoria siguió su curso hasta hoy.

Por eso no sorprende que tengamos el gobierno que tenemos

Un gobierno que gobierna contra los derechos de la mayoría.

Y si hacemos el resumen porteño del 2025, los datos hablan por sí solos.

Las golpizas sistemáticas a jubilados todos los días miércoles, convertidas en rutina represiva frente a reclamos mínimos para sobrevivir.

El desfinanciamiento del Hospital Garrahan, emblema de la salud pública infantil.

El desfinanciamiento deliberado de las universidades públicas, atacando uno de los últimos pilares de ascenso social.

Diputados rechazó derogar el Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad

La quita de pensiones a personas con discapacidad, tratadas como gasto prescindible.

El escándalo de la criptoestafa $LIBRA, promocionada públicamente por el propio presidente Javier Milei, que dejó miles de damnificados y ninguna explicación institucional convincente. Un hecho grave que expuso la connivencia entre poder político, especulación financiera y desprotección ciudadana.

Las denuncias  sobre presuntos vínculos del narcotráfico con figuras del oficialismo, entre ellas José Luis Espert, dirigente representativo del espacio que gobierna, hechos que lejos de ser aclarados fueron rápidamente silenciados o relativizados.

A todo esto se suma un aumento alarmante de los suicidios: soldados, policías y ciudadanos comunes atrapados en un sistema que acorrala, expulsa y abandona. Un escenario que recuerda a otros momentos históricos -como la España de la burbuja inmobiliaria- donde el ahogo económico y social empujó a decisiones extremas.

¿Cómo ganó "lo anti-sistema" si alguna vez sentimos el bienestar?

Y como telón de fondo, una sumisión explícita a los Estados Unidos, con pérdida de soberanía política, económica y simbólica. Un alineamiento automático, sin negociación, sin dignidad y sin beneficios visibles para el pueblo argentino.

La persecución a Cristina Fernández de Kirchner no es un hecho aislado. Es mensaje. Es advertencia. Es pedagogía del miedo. Desde el intento de magnicidio hasta la proscripción judicial, todo responde a la misma lógica: que nadie vuelva a intentar torcer la historia a favor del pueblo. En ese contexto, y por suerte, la intervención quirúrgica por su apendicitis tuvo una evolución favorable. Celebramos que su recuperación haya salido bien y confiamos en que su salud le permita seguir siendo eso que la derecha no logra neutralizar: la referencia política más importante que todavía la desvela y la incomoda.

No hay apendicitis ni peritonitis que pueda con una dirigente construida en la adversidad, forjada en la persecución y sostenida por la memoria colectiva de millones.

Como dijo Cristina alguna vez -y no se equivocó-:

No vienen por mí, vienen por sus derechos.

Este es el resumen porteño de 2025:

Un año marcado por un sinnúmero de acciones en detrimento del pueblo.

Un año donde la crueldad dejó de ser excepción para convertirse en método. Ojalá el 2026 nos encuentre distintos.

Con un país soberano de verdad: económica, política y territorialmente.

Con una libertad que no sea obediencia ni resignación.

Porque como escribió Spinetta en Resumen Porteño:

Y en el infierno inflacionario. Y entre los líderes del mundo. Tu corazón se abrirá, tal vez

No por inconsciencia.

Sino porque cantar, a veces, es la última forma de resistencia.

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