PREOCUPACIÓN

Malargüe en alerta: caída de contratos y desempleo por recortes de YPF

En Malargüe, el silencio de los motores se empieza a escuchar más fuerte que nunca. La baja de contratos vinculados a YPF no es un simple ajuste administrativo. El fuerte comunicado oficial emitido por trabajadores del sector.

Adrián Characán

En Malargüe, el silencio de los motores se empieza a escuchar más fuerte que nunca. La baja de contratos vinculados a YPF no es un simple ajuste administrativo: es una amenaza concreta para decenas de familias que viven del trabajo petrolero. Lo que hasta hace poco eran rumores, hoy son realidades que se traducen en telegramas de despido, incertidumbre y cuentas que no cierran.

El impacto no se limita a los empleados directos. La red de contratistas, proveedores de servicios y pequeñas empresas locales empieza a deshilacharse. Cuando se corta un contrato en esta industria, el efecto dominó llega a cada rincón del Sur mendocino. Malargüe, una ciudad que históricamente vivió de la actividad hidrocarburífera, vuelve a quedar expuesta ante decisiones tomadas lejos, en escritorios donde el frío de los números no alcanza a sentir el calor de las ollas familiares.

Lo más doloroso de este escenario es su repetición. Ya lo vivimos en los años 90, cuando las políticas extranjerizantes de Carlos Menem -hoy reivindicado abiertamente por el gobierno de Javier Milei- redujeron al Estado a su mínima expresión. Inspirado en Margaret Thatcher y ejecutadas por el ministro Domingo Cavallo, aquellas decisiones privatizaron empresas estratégicas de energía, transporte aéreo, ferroviario y comunicaciones. El resultado fue un retroceso económico profundo y una pérdida concreta de soberanía.

Hoy, como entonces, vuelven a caer los contratos y, con ellos, las esperanzas. La diferencia es que en los años 90 ni siquiera existía una red mínima de contención. No había subsidios por desempleo ni programas que amortiguaran la caída.

Gente de 40 años quedaba fuera del mercado laboral de un día para el otro, endeudados, sin chances reales de reinvención, sin cobertura medica.

Muchos terminaron, abriendo kioscos, manejando remises, abriendo videoclubs, parripollos o lo que el momento permitiera. 

Hoy, quizás el destino de los despedidos sea abrir una barbería o intentar sobrevivir con las aplicaciones: PedidosYa, Uber, Cabify, Airbnb.

Los resultados de aquellas políticas que hoy vuelven a ponerse de moda no se hacen esperar: desocupación, precarización, y un Estado ausente. La historia parece empecinada en repetirse, y el Sur mendocino vuelve a quedar a la intemperie.

A continuación, el comunicado oficial emitido por trabajadores del sector:

Comunicado de Prensa:

Preocupación por bajas de contratos y pérdida de empleos en Malargüe vinculadas a YPF.

Malargüe, [12-05-2025] - Desde hace meses, los trabajadores de la industria petrolera de Malargüe observan con creciente preocupación la situación laboral en torno a la operadora YPF, que ha comenzado a dar de baja diversos contratos en la zona. Esta decisión está generando un impacto directo en los trabajadores y trabajadoras, que se están quedando sin empleo en un contexto económico sumamente complejo.

Las bajas contractuales no solo afectan a empleados directos, sino también a contratistas y personal de empresas proveedoras de servicios, muchas de ellas locales, que ven comprometida su continuidad. Esto representa un duro golpe para la economía regional y para numerosas familias malargüinas que dependen del sector hidrocarburífero.

Solicitamos a las autoridades competentes y a la empresa YPF que se brinden explicaciones públicas sobre esta situación y se adopten medidas urgentes para evitar una mayor pérdida de puestos de trabajo. La estabilidad laboral y el desarrollo de la actividad en Malargüe son fundamentales para el bienestar de toda la comunidad.

Hacemos un llamado a la solidaridad de los medios de comunicación para visibilizar esta problemática que afecta a decenas de familias trabajadoras.

Esta nota habla de: