CURIOSIDADES

Quemar las Naves: ¿conocés el origen de esta frase?

Hay dos teorías, igual de maravillosas, aunque improbables, que intentan explicar el origen de la frase Quemar las Naves. Conocé ambas historias

Quemar las naves es sinónimo de lanzarse a por un objetivo desesperadamente, renunciando a la posibilidad de dar marcha atrás en caso de que no lo consigamos.

Hay dos teorías, igual de maravillosas, aunque improbables, que intentan explicar el origen de la frase Quemar las Naves.

Primero, Hernán Cortés

Una versión nos transporta a los tiempos de Hernán Cortés y la conquista de México, en 1521. Se dice que durante este enfrentamiento se produjo un motín que obligó a Cortés a someter a los implicados a un Consejo de Guerra.

A continuación mandó hundir (no quemar) la mayor parte de su flota, para evitar la tentación de huir del resto de sus soldados. Como consecuencia de este hecho, surgiría la expresión "quemar las naves" con su significado actual: no hay vuelta atrás.

Segundo, Alejandro Magno

La otra versión sobre su origen nos lleva al siglo III antes de Cristo, en el momento exacto en que Alejandro Magno desembarcaba en la costa fenicia junto a su ejército. El enemigo les triplicaba en número, por lo que la moral de sus soldados estaba por los suelos.

Era imposible vencer a tan poderoso y numeroso enemigo y Alejandro Magno comprendió que ya habían sido derrotados sin llegar a pisar el campo de batalla, así que, viendo el panorama, decidió tomar una desesperada medida: ordenó quemar toda su flota.

Mientras los barcos ardían, Alejandro arengó a sus hombres con un discurso que pasaría a la historia: "Observad cómo se queman los barcos. Esa es la razón por la que venceremos, ya que si perdemos no podremos volver a casa... "

"Debemos salir victoriosos, porque solo hay un camino de vuelta, y es por el mar. Caballeros, cuando regresemos, lo haremos en los barcos de nuestros enemigos".

Por supuesto, Alejandro Magno y sus hombres ganaron aquella batalla y volvieron a casa victoriosos a bordo de las naves enemigas.

Y aunque sería maravilloso que estos épicos, legendarios e inspiradores eventos hubieran sido reales, no existe la certeza de que alguna vez hayan ocurrido, y menos de esta manera, por lo que realmente no sabemos a ciencia cierta cuándo ni dónde se originó esta famosa expresión.

Sea como sea...

¿En cuántas ocasiones hemos quemado las naves tomando alguna decisión?
¿Cuántas veces más lo haremos?
¿Te arrepientes de haberlo hecho?

Esta nota habla de: