SISTEMA PENITENCIARIO

Rejas y cintas. La dura verdad y el dulce relato

Se cortaron cintas para inaugurar edificios para el Sistema Penitenciario Provincial. Lo que se ve y lo que no. Las estadísticas y la ausencia de información

La inauguración de tres edificios para el Sistema Penitenciario de Mendoza, contrasta con los padecimientos de los internos

El último viernes de junio, el Gobernador Alfredo Cornejo cortó cintas por la inauguración de tres edificios del Sistema Penitenciario de Mendoza. Junto al gobernador, la responsable del Ministerio de Seguridad y Justicia, Mercedes Rus; la subsecretaria de Infraestructura y Desarrollo Territorial, Marité Baduí; el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad y Justicia, Hugo Sánchez; el director General del Servicio Penitenciario, Eduardo Orellana, y el director General de la Policía, Marcelo Calipo.  

Adentro

Mientras el gobernador explicaba la utilidad de las nuevas instalaciones y los muy solventes propósitos de esta política de seguridad y prevención, adentro del penal de San Felipe desaparecía un termotanque y otro estaba fuera de funcionamiento. Los internos no pudieron asearse y tampoco se supo el destino de ese termotanque que, seguramente, no estaba en óptimas condiciones, nada diferente a la cotidiana residencia en los penales

Índices y estadísticas

Aunque la percepción de inseguridad esté a la orden del día, los niveles de delitos violentos, los homicidios, por ejemplo,  en Mendoza, están dentro de promedios aceptables. Seremos redundantes en la poco feliz,  pero sincera síntesis que se le atribuye a Stalin: "la muerte de una persona es una tragedia, la de un millón: una estadística". Las estadísticas por hechos violentos señalan que Mendoza es una provincia que comparte indicadores como los de las ciudades más seguras del mundo, aunque cuando a uno le toca el papel de víctima, esos indicadores irritan.

La sospecha total

Mal que les pese a las autoridades, en demasiadas ocasiones cabe la posibilidad de dudar sobre esos datos. Lo mezquino a la hora de entregar información imposibilitan una rigurosa revisión. Cada vez que se solicita información fiable constituye un trabajo extraordinario, algo que contrasta con la jactancia de administración transparente. Esto no es sólo desde el Poder Ejecutivo, el más expuesto de los tres. La dificultad de conseguir datos en lo legislativo y en el terreno judicial, es idéntica. Asimismo, estar dudando todo el tiempo de todos y de todas, conspira con la construcción de una sociedad mejor. 

La igualdad es para interpretar las diferencias

Cuando se dice que ante la ley somos todos iguales, no significa que todas y todos actuamos de la misma manera, ni seamos idénticos en los procederes. Al revés. Es la observancia de las diferencias, para que la conducta individual no afecte al otro o a la otra de modo lesivo. La aspiración es : el encuentro, no el enfrentamiento. Y suponer que todo lo malo que pueda ocurrir es por el designio de ese otro, aunque sea la confortable idea de hoy, es una concepción ligera,deformada,adulterada, alejada de la realidad; realidad que constituye esa verdad precaria y efímera, pero indispensable. 

Son todas y todos culpables, y si no, que demuestren lo contrario

Es muy tentador para las comunidad de hoy señalar culpables. También en el orden político. Justamente las generalizaciones vagas son las que distraen e impiden discernir quién es quién, cómo y cuándo. Y la dificultad cognitiva social en Argentina es notoria, aunque duela. El "que se vayan todos" trajo como solución lo que hoy tenemos. Los mismos actores con otros vestuarios, o los mismos, en muchos casos. Las generalizaciones son inútiles o, peor, dañinas

Mendoza, la institucional

Si hay algo que ha destacado a Mendoza es el discurso de sus dirigentes. Todos y todas destacan  y vienen haciéndolo desde tiempos inmemoriales: la institucionalidad. Los unos y los otros que han gobernado Mendoza, ponen en relieve esa característica y si alguien (periodistas incluidos) osa en desmentir tal cualidad, es adjetivado como conspirador o confabulador. De inmediato apelan a comparaciones con provincias en las que el caudillismo vernáculo, una vez que toma las riendas, no desciende de su equino hasta que no lo bajan a piedrazos. Sí. La diferencia existe, pero en gran medida por las formas elegantes y aparentes, y no por lo que en verdad ocurre. La apariencia -tal como recomienda la filósofa mediática más cotizada en Mendoza -Mirtha Legrand- ayuda bastante, pero no lo suficiente. 

Todas y todos buenos, pero sin demasiado control

Luego de leer las declaraciones del gobernador Alfredo Cornejo, en esta inauguración de edificios para el Servicio Penitenciario,  resulta imposible no coincidir con los conceptos que expresa. La prevención del delito es más saludable que la mejor de las condenas. El tema es que, en simultáneo, los compromisos "institucionales" que la provincia asume, no se cumplen. En demasiados casos ha desaparecido la esencial presunción de inocencia y en otros, el letargo de la implementación de "justicia" lo transforma en un hecho injusto.

Cuando las personas son números pero las autoridades ignoran aritmética

El hacinamiento en los pabellones no es una "chicana" de algún organismo de Derechos Humanos (que a veces se empeñan en imitar a quienes critican, por la renuencia en proporcionar  información y respuestas). Cualquiera que haya visitado a alguien privado de libertad podrá corroborarlo. Desde la calidad de las viandas, que no se ajusta a lo que se paga por ellas, testimonio que no responde al interés de alguien que perdió una licitación (como el caso en el que Bullrich echó a su segundo) hasta las condiciones mínimas. Los datos que Cornejo compartió, lamentablemente según el testimonio de los internos, no guara relación. Ni el 50% de los presos trabaja, ni el 50% estudia. Considerando que se pronuncia desde la buena voluntad , sería propicio avisarles a quienes le proporcionan datos al gobernador, lo hagan con honestidad ,en vez de protestar por esta publicación. 

Cumplir la ley ante quienes, se supo (o se presume) las incumplieron

Reclamos, todos, que no pretenden tratos de privilegios, sino el cumplimiento de obligaciones. Atender los protocolos y no violar el mandato Constitucional .Si en verdad las cárceles no son para castigo, es menester que en Mendoza y con urgencia, cada cual haga lo que corresponda, en forma y en tiempo. Así, quienes están privados de libertad, una vez en libertad, no imiten a sus verdugos de ocasión

Cómo conseguir aplausos sin grandes esfuerzos

Afuera hay y habrá quienes celebran que las personas privadas de la libertad lo pasen mal, pero ese no es el propósito de las cárceles. Y si delinquir es incumplir las leyes, los deseosos del sufrimiento ajeno, deberían tomar nota. Que las cárceles sean sitios para evitar daños a la sociedad, no significa que quienes están privados de la libertad deban padecer frío, hacinamiento, hambre y dolor. Eso viola lo que dicta la Carta Magna . Y aquel que se sienta libre de pecado, no es necesario que arroje una primera piedra, conque que alguien lo denuncie, en ocasiones, será suficiente para padecer lo que le auguró a otro

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