CRISIS MÉDICA

Paro nacional que afecta al corazón

Paro nacional de médicos cardiólogos intervencionistas. Restringen su atención a urgencias. Un paro de dos días en angioplastías y colocación de stents

Médicos cardiólogos paran por dos días en protesta por falta de insumos y honorarios paupérrimos

Un paro de 48 horas afectará los servicios programados de intervenciones quirúrgicas para colocación de stents y angioplastías. Una decisión que se ha postergado, en espera de respuestas que nunca llegaron.

Miércoles y jueves, un paro que afecta al corazón

Desde CACI, Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas, sociedad científica de especialistas en Hemodinamia y Cardiología Intervencionista, anunciaron que 28 y 29, no se realizarán las cirugías programadas. Sí atenderán -como de rigor- las urgencias que se pudieran suscitar.

¿Por qué paran los cardiólogos?

Desde hace meses que advierten dos motivos potentes. Uno es la falta de insumos, en su mayoría importados, por lo que el PAMI no da respuestas y tampoco las empresas de medicina pre paga, para satisfacer los requerimientos para este tipo de intervenciones. La segunda es la escasa remuneración que perciben, tanto en efectores públicos como en el sector privado.

Políticas de salud, científicas, formativas y laborales

Esta medida de fuerza es producto de las políticas que desprecian la importancia de la ciencia en general, y de la medicina en particular. La fuga de médicos hacia otros países por los magros honorarios que perciben en Argentina, no sólo debe medirse por la incapacidad de retener a los profesionales, y la cíclica crisis económica que atraviesa periódicamente el país, sino por lo que significa el entramado social, que involucra lo educativo, lo académico, lo científico y lo social.

Paradojas de una Argentina que atrasa

Los stents, esos pequeños artefactos cilíndricos, fabricados con malla de acero, elemento artificial que se introduce en las arterias del corazón para recuperar el correcto flujo sanguíneo, ante la oclusión que suele producirse, es un invento de un médico francés, Richard Schat y, vaya paradoja, el argentino doctor Julio Palmaz, médico que se formó y recibió en la Universidad de La Plata, por supuesto, una de las prestigiosas universidades estatales de la Argentina.

¿Cuál es el diagnóstico, doctor?

Según definía en una entrevista meses atrás, el vicepresidente de CACI, doctor Alfredo Bravo, los 544 especialistas que llevan adelante estas intervenciones, además de sufrir por honorarios bajos, padecen la falta de los insumos, por restricciones burocráticas en casos como en el PAMI y porque los costos en dólares resultan inaccesibles, debido a los impuestos que aún se aplican. Y por otra parte, refería el doctor Bravo que las empresas de medicina pre paga no pagan lo que deberían (él alude a la imposibilidad económica de esas empresas, cuestión que requiere otro análisis y debate).

Vergonzosamente orgullosos

En muchas disciplinas científicas, Argentina ha sido un país señero. Desde sus premios Nobel hasta el trabajo destacado de enfermeras, terapeutas, auxiliares, asistentes durante la Pandemia. Sin dudas, la capacidad inventiva y el desarrollo de terapias eficientes y la creación de elementos y aparatología para salvar vidas, constituyen motivos de orgullo.

A la vez, el destrato, la ignominia que padecen actualmente personas destacadas por su labor trae el presente el inevitable y doloroso recuerdo del doctor René Favaloro, quien se quitó la vida expresando en una carta la frustración que experimentaba en aquella Argentina del 2000 que, lamentablemente ahora vuelve a parecerse.

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