El Norte sin Nafta y Milei sin criterio soberano
El autor, Carlos Almenara, repasa las decisiones de Trump, que protege la industria de Estados Unidos, en detrimento de sus ex socios y achicando las opciones para que Argentina exporte
En América del Norte, Donald Trump dejó sin Nafta al acuerdo que estuvo vigente desde 1994 mientras Milei, desprovisto de un criterio soberano, alienta un tratado de libre comercio con la primera potencia mundial, que ha cerrado su economía.
Milei versus Trump
Por Carlos Almenara
Se activaron los aranceles de Estados Unidos a las importaciones provenientes de México y Canadá. Se trata de una tasa del 25% a los productos que lleguen desde esos países. En los hechos es un golpe mortal al NAFTA - TLCAN, el tratado de libre comercio con sus ex socios de América del Norte. El cambio político-económico que representa es gigantesco.
No son los únicos aranceles que impuso el presidente de Estados Unidos desde su asunción.
Sólo en lo que involucra a Argentina, lo referido a acero y aluminio implicó un perjuicio a exportaciones por alrededor de U$S 600 Millones. Anuncian aranceles adicionales para productos agrícolas y agroindustriales como cítricos y vino que afectarían economías regionales.
Se dio amplia difusión a las declaraciones de Trump en relación a mostrarse abierto a un acuerdo de libre comercio con Argentina.
Igual, pero al revés
Milei aplica políticas económicas y comerciales que están en las antípodas de las descriptas.
Mientras Trump encarece los productos importados con sus aranceles con la intención de que las empresas se radiquen en el propio país para su elaboración, en Argentina ocurre todo lo contrario. El dólar barato, la eliminación del "impuesto país", la disminución de diversos aranceles, la liberación de importaciones de todo tipo, generaron un impacto enorme sobre empresas enfocadas en el consumo interno que en gran medida fueron desplazadas por productos importados. Eso sumado a la caída de ventas por la crisis del consumo produjo más de 12.000 cierres de empresas, con el actual gobierno.
¿Qué conviene, defender la producción nacional, utilizando aranceles para ello como hace Trump, o abrir totalmente las importaciones y desregular el comercio exterior, como hace Milei?
La polémica no es nueva, atraviesa toda la historia de la economía política como disciplina de estudio desde que Adam Smith y David Ricardo promovían la idea de la "ventaja comparativa" para convencer al resto del mundo que tenía que dedicarse a producir ovejas, granos y carnes para abastecer al imperio británico, la gran potencia industrial hegemónica, que, como ya tenía una industria de punta, era el país con "ventaja comparativa" industrial.
La metáfora del economista coreano Ha-Joon Chang explica mejor que una larga exposición.
"Patada a la escalera" se denomina su libro en el cual sostiene que los países centrales aplicaron un conjunto de políticas que luego impidieron a los países periféricos. Lo que está implícito en la teoría de Chang es que los mandatarios de cada país prefieren lo mejor para el suyo. Trump parece tenerlo claro, quiere "hacer grande Estados Unidos" como dice su eslogan.
Sobre Milei... parece que él también quiere lo mejor para el país de Trump. El asunto es que nunca será el suyo.
Nosotros, aquí, padeciendo desempleo y cierre de empresas.