Mil mujeres, una sola voz: el Este mendocino late con fuerza peronista
Este sábado 24 de mayo, mil mujeres justicialistas se reunieron en el corazón del Este mendocino -entre Maipú y La Paz, pasando por San Martín, Rivadavia, Junín y Santa Rosa- para pensar, debatir, disentir y construir.
Dicen que el futuro se escribe en voz baja, entre mate y cuaderno, entre abrazos y convicciones. Este sábado 24 de mayo, mil mujeres justicialistas se reunieron en el corazón del Este mendocino -entre Maipú y La Paz, pasando por San Martín, Rivadavia, Junín y Santa Rosa- para pensar, debatir, disentir y construir.
No fue una reunión más
Fue una jornada intensa, de esas que no se improvisan, que no se hacen por foto ni por forma. Fue un encuentro territorial, real, orgánico. Una marea de mujeres organizadas, con las botas en la tierra y el alma en alto, que dijeron presente para dejar en claro que el peronismo también se teje con mirada femenina, con voz clara y con la experiencia de las que caminan cada día los barrios, las escuelas, los hospitales, las luchas.
La consigna fue clara: "Hacia un plan de gobierno y desarrollo". Una frase que podría pasar por slogan, pero que en este caso fue brújula. El Partido Justicialista de Mendoza, en un proceso de reconstrucción federal y participativa, propuso este espacio como parte de una agenda que ya recorrió Lavalle, Guaymallén y que seguirá su curso por cada rincón de la provincia.
Debatir con el cuerpo presente
Desde temprano, las comisiones temáticas comenzaron a latir como pequeñas usinas de ideas. Se discutió el liderazgo de las mujeres, la salud pública como derecho, la educación como transformación, la economía como motor con rostro humano, la justicia con perspectiva de género. Se habló, se escribió, se escuchó. Sin apuro, sin orden del día impuesto, con la urgencia del tiempo que viene.
Cada grupo fue coordinado por compañeras con trayectoria, saberes y calle. Militantes, técnicas, docentes, madres, concejalas. El feminismo popular encontró en este encuentro un cauce natural, sin etiquetas altisonantes pero con la fuerza de quien sabe que lo personal también es político.
Un cierre con señales claras
Al mediodía, el cierre tuvo forma de acto pero corazón de reencuentro. Flor Destéfanis, intendenta de Santa Rosa, alzó la voz con la certeza de quien conoce el esfuerzo de organizar. "Nuestras compañeras quieren participar, proponer y conducir", dijo, sin rodeos.
Matías Stevanato, intendente de Maipú, le puso palabras a una intuición compartida: "Las mujeres son el corazón del proyecto. El peronismo escucha cuando se anima a mirar con otros ojos".
Fernando Ubieta, desde La Paz, habló de energía transformadora. De esa que no se ve pero se siente en cada aplauso, en cada carpeta que se apoya sobre una mesa de madera, en cada propuesta escrita con birome en mano y esperanza en la mirada.
Y el regreso. La sorpresa que no fue tan sorpresa. Jorge Omar Giménez volvió. El histórico intendente de San Martín, el dirigente que supo representar al Este con firmeza y vocación, se reincorporó al PJ. Su presencia fue celebrada. Porque en política, como en la vida, a veces dar un paso atrás es la forma más honesta de volver a empezar. Giménez no volvió solo. Volvió con historia, con nombre propio, y con la idea de que la unidad no es consigna, sino destino.
La voz de la conducción
Emir Félix, presidente del PJ mendocino, cerró la jornada con tono firme y mirada larga:
Estamos construyendo desde abajo, con seriedad, con compromiso y con una agenda que mira hacia el futuro. Las mujeres son protagonistas indiscutidas de esta etapa. Estos encuentros no son sólo reuniones, son política real: con contenido, con territorio, con verdad.
La foto de la jornada no es la que se sube a las redes. Es la que queda en la memoria de quienes se sintieron parte de algo más grande. Porque cuando el peronismo escucha y camina, cuando vuelve a mirarse desde abajo, las cosas empiezan a moverse.
Y en el Este mendocino, ya nada está quieto.
Ya nada será igual.