crisis alimentaria

Mientras la infancia se va a dormir sin comer, los empresarios lácteos tiran la leche debido a la crisis económica

Las políticas del gobierno de Javier Milei no brindaron el apoyo necesario a los productores lecheros, como consecuencia tuvieron que tirar la producción.

La crisis económica y social en la Argentina durante el gobierno de Javier Milei ha provocado que el sector lechero determine el cierre de muchos tambos y la pérdida de grandes cantidades de leche debido a la caída del consumo.

"En el campo se está tirando la leche mientras los chicos ya no consumen lácteos", dijo al medio digital La Política Online el ex diputado radical Álvaro de Lamadrid, que se abocó al estudio de la situación del sector agropecuario y en especial a la del sector lácteo.

La crisis afecta no solo a los productores, sino también a millones de niños y familias que ya no pueden acceder a este alimento esencial.

La realidad que más duele

La situación alimentaria de las familias e infancias en la Argentina y atraviesa un momento crítico.

Uno de los datos más alarmantes es la caída del consumo de lácteos en niños y niñas, lo que pone en riesgo su desarrollo y bienestar.

Los datos que circulan entre las empresas reflejan una triste realidad: 10 millones de niños y niñas en Argentina han reducido su consumo de carne y productos lácteos en comparación con el año pasado.

Además, el 58% de las familias han disminuido la ingesta de frutas y verduras, mientras que la única categoría de alimentos que ha aumentado su consumo es la de fideos y harinas, con un incremento del 24%.

Incluso el consumo de yerba ha caído un 20%, un reflejo de la crisis económica que atraviesa el país.

El informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina UCA destaca que en los últimos tres años se ha registrado un aumento en la inseguridad alimentaria, afectando principalmente a los hogares de menores ingresos.

En el 2024, el 28% de la población vive en condiciones de inseguridad alimentaria, y el 12,6% en situaciones de inseguridad alimentaria severa.

Esta crisis se ha profundizado con el deterioro de los ingresos de los hogares, el incremento de los costos de vida y la falta de políticas públicas eficaces para mitigar sus efectos.

Además, el informe señala que el acceso a programas de asistencia social ha crecido en los últimos 20 años, pero la brecha entre los hogares de menores recursos y los sectores medios y altos sigue aumentando. 

En particular, los hogares con niños y niñas son los más afectados, con una tasa de pobreza significativamente mayor a la del resto de la población.

La situación del sector lechero

El sector lechero se encuentra en una situación dramática.

Las políticas de gobierno de Javier Milei no brindaron el apoyo necesario a los productores lecheros, lo que provocó el cierre de muchos tambos y la pérdida de grandes cantidades de leche debido a la caída del consumo.

Por ejemplo, la empresa Nestlé anunció la paralización de su planta en Villa Nueva, Córdoba, durante el mes de marzo, obligando a sus 189 empleados a tomar vacaciones forzadas.

La empresa justificó esta medida por el exceso de stock acumulado, resultado de una disminución en las exportaciones y una caída en la demanda local.

La planta de Villa Nueva se dedica principalmente a la producción de leche en polvo y leches UHT, productos esenciales en la dieta infantil.

Sin embargo, la reducción en el consumo ha llevado a la empresa a tomar decisiones drásticas, como la suspensión temporal de la producción.

"Sancor, Granja Tres Arroyos, Toyota, Nissan, y ahora Nestlé todas despiden, suspenden o "licencian" trabajadores por la baja del consumo, venimos diciendo que ya los chicos pobres y jubilados no pueden consumir lácteos, ¿qué plan tiene el gobierno para revertir esto?", se preguntó el ex diputado De Lamadrid.

El ex legislador explicó a LPO que ese escenario de rojo empresarial es producto de la situación que se vive en las familias: estimaciones privadas señalan que 7 millones de argentinos dejaron de comprar alimentos ricos en proteínas debido a la falta de dinero. Muchas familias recurrieron al endeudamiento para poder comprar alimentos o han optado por adquirir productos en cuotas. En otros casos, han dejado de comprar productos esenciales, como alimentos nutritivos o incluso medicamentos.

La inflación y la crisis económica llevaron a que nueve de cada diez familias ya no puedan comprar la misma cantidad de productos básicos que el año pasado. En este contexto, la infancia está en grave riesgo: un millón de niños y jóvenes se van a dormir sin comer y ya no consumen leche ni lácteos. 

Además, el 65% de los niños menores de 14 años vive en la pobreza, una cifra alarmante que pone en evidencia la profundidad del problema.

Con información de La Política Online

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