Lo que nunca deberías hacer si querés evitar que la comida se contamine con objetos de aluminio
El aluminio es uno de los metales más presentes en la cocina y hay dudas crecientes sobre su inocuidad. Hay consenso sobre los efectos nocivos de este material en el organismo por acumulación.
El aluminio es un metal ampliamente utilizado en la cocina debido a su ligereza y capacidad de conducción térmica. Sin embargo, su empleo está en el centro de la discusión debido a que hay dudas persistentes sobre si provoca daños a la salud por entrar en contacto con los alimentos.
Aunque es un material que resiste la corrosión y no se oxida fácilmente, puede reaccionar con comidas ácidas o salinas, especialmente durante la cocción o almacenamiento prolongado, lo que puede provocar la liberación de pequeñas cantidades de este metal en los alimentos. De allí surgen las preocupaciones por los posibles efectos adversos para la salud.
Distintas investigaciones sugieren que la acumulación de aluminio en el cuerpo podría estar asociada con enfermedades como el Alzheimer y ciertos trastornos neurológicos. Aunque no hay consenso definitivo sobre esta relación, muchos expertos recomiendan minimizar la exposición al aluminio en la cocina, especialmente evitando utensilios que tengan este componente y optar por alternativas como acero inoxidable, hierro fundido o cerámica.
Otro aspecto a tener en cuenta es evitar el uso de envases de aluminio para almacenar alimentos ácidos o salinos, así como evitar raspar o dañar utensilios de cocina que tengan este componente, ya que esto podría aumentar la liberación de este metal.
¿Qué es el aluminio?
Según lo detalla el portal mejorconsalud.as, el aluminio es uno de los metales que más se utiliza desde el siglo XX, después del acero. Se extrae de la bauxita, un tipo de roca sedimentaria y tiene una vida útil muy larga. Además, tiene propiedades como conductor de la electricidad y el calor. Otras de sus propiedades más destacadas son:
Tenacidad: se refiere a la capacidad que posee un metal de absorber energía antes de su ruptura o deformación.Maleabilidad: esta es una propiedad física mediante la cual los metales pueden ser descompuestos en láminas.Ductilidad: quiere decir que pueden ser deformados mediante la fuerza sin romperse. De este modo se obtienen alambres o hilos de este material.
¿Cómo actúa el aluminio en el cuerpo humano?
Una vez que el aluminio ingresa al organismo, este lo puede excretar, pero solo en pequeñas cantidades. En otras palabras, una ingesta mínima de aluminio no trae problemas.
Es importante aclara de ante mano que el aluminio es uno de los compuestos que está más presente en el medio ambiente y de forma natural, por lo que es frecuente encontrarlo en alimentos y en el agua. Esto no debería generar preocupación pues es parte de la ingesta tolerable para el organismo.
Ahora bien, el problema radica en la sobreexposición al elemento que se genera de forma no natural. Se trata de un producto que -mezclado con otros elementos- se transforma en un material muy económico. Dicha cualidad lo lleva a estar en forma de cubiertos, ollas, sartenes y muchos otros utensilios de uso común.
Los riesgos crecen cuando, en el uso cotidiano, se lo calienta a temperaturas altas y se lo deja en contacto con alimentos ácidos o picantes. Esto tiende a aumentar la liberación de partículas del metal y su migración a la comida.
¿Cuáles son los efectos del aluminio en el cuerpo?
Distintas investigaciones concuerdan en marcar algunos trastornos provocados la presencia de aluminio en el organismo. Estos son:
Probabilidad de padecer enfermedad de Alzheimer.Es sumamente perjudicial para pacientes con problemas renales.Puede traer trastornos a pacientes con problemas óseos.Reduce la tasa de crecimiento de células cerebrales humanas.
¿Cuáles son las recomendaciones a la hora de usar aluminio?
Una de las recomendaciones importantes a la hora de reducir la exposición de alimentos al aluminio es no frotar las ollas tras la cocción de los alimentos. Estos utensilios de aluminio tienden a oxidarse y formar una capa inerte que evita que el aluminio se mezcle con los alimentos.
No es recomendable emplear el papel de aluminio en la cocina a altas temperaturas. Esto es así porque al cocer comida envuelta en este material, el aluminio migra hacia los alimentos de una manera superior a los límites que se consideran inocuos en el organismo.
Tampoco es recomendable que comida ácida y picante entre en contacto con este material, ya que pueden provocar un desprendimiento mayor del metal y su migración al producto alimenticio.