La Sordoceguera: Un llamado a la reflexión y la empatía
En el Día Internacional de la Sordoceguera, se invita a reflexionar sobre esta discapacidad única que combina pérdida visual y auditiva, y sobre la importancia de construir una sociedad más accesible, respetuosa y empática.
Analía, mujer con sordoceguera Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales. Actualmente estudiante del Diplomado Derecho en Discapacidad
Imaginar que vivimos en un mundo donde todos los seres humanos no pueden ver ni escuchar resulta una realidad lejana y difícil de comprender. Sin embargo, hay un porcentaje de personas que viven con coraje, fortaleza y perseverancia esa realidad.
La sordoceguera es una discapacidad única que implica una combinación de pérdida visual y auditiva, ya sea total o parcial. Las personas con esta condición enfrentan barreras en el acceso a la información del entorno, la comunicación, y la orientación y movilidad. Es importante destacar que puede presentarse en cualquier momento de la vida, y que resulta fundamental promover estrategias inclusivas que garanticen el derecho a la comunicación, la autonomía y la participación plena en todos los ámbitos de la sociedad.
Comunicación que rompe barreras
En cuanto a la comunicación, las personas con sordoceguera pueden utilizar distintos sistemas, según sus preferencias, experiencias y posibilidades. Entre ellos se encuentran la lengua de señas táctil, el alfabeto dactilológico, la escritura en la palma de la mano y el lenguaje oral, entre otros. Existen múltiples formas de comunicarse, y es fundamental comprender que cada persona adopta aquella que le resulta más significativa y eficaz. Por eso, lo esencial es respetar y valorar la forma de comunicación que cada quien elige para expresarse y vincularse con los demás.
Además, utilizan un bastón con franjas rojas y blancas. Este bastón cumple doble función, es un apoyo para la orientación y movilidad, y también permite a la sociedad identificar la condición de sordoceguera, favoreciendo así una actitud de respeto, apoyo y colaboración cuando sea necesario.
"Muchos dicen tener visión y audición, pero solo unos pocos comprenden el alcance de lo que significa ver y escuchar." Analía Chamorro
Por otra parte, las personas con sordoceguera cuentan con una variedad de ayudas tecnológicas que les permiten desenvolverse en la vida cotidiana y acceder a la educación en igualdad de condiciones. Jóvenes sordociegos han logrado completar sus estudios utilizando computadoras con lectores de pantalla o líneas braille, escribiendo en sistema Braille, accediendo a intérpretes de lengua de señas o aprovechando su resto visual o auditivo.
Sin embargo, más allá de la tecnología y los apoyos profesionales, la familia continúa siendo un pilar fundamental en el desarrollo personal, social y profesional de las personas sordociegas. Son quienes conocen de primera mano las necesidades de cada hijo o hija, acompañan los procesos de aprendizaje y participan activamente en la búsqueda de adecuaciones y oportunidades.
Estos logros no son individuales ni fruto del azar: son posibles cuando existe un entorno que ofrece apoyos adecuados, cree en las capacidades de cada persona y derriba las barreras que históricamente han limitado el acceso al conocimiento. Porque cuando se garantiza el derecho a la comunicación, a la educación y a la participación, todo es posible.
Hoy, 27 de junio, Día Internacional de la Sordoceguera, hacemos un llamado a reflexionar sobre nuestra calidad humana, sobre los avances hacia una sociedad más inclusiva y accesible, y sobre nuestra capacidad de empatía, respeto y compromiso frente a la diversidad.
Vivir con sordoceguera representa tener coraje y es un gran desafío, al combinar dos pérdidas sensoriales clave para interactuar con el mundo. No obstante, cuando se garantizan los apoyos necesarios y se construyen entornos accesibles, la participación plena es posible. Y ese debe ser nuestro objetivo colectivo: una sociedad donde todas las personas puedan desarrollarse y ejercer sus derechos en igualdad de condiciones. Porque la inclusión no es tarea de unos pocos, sino una responsabilidad colectiva.
"Siempre debemos mirar la capacidad y nunca la discapacidad, ya que esta última puede romperse cuando la persona sordociega es capaz de desafiar y quebrar todas las barreras sociales." Analía Chamorro, persona sordociega
Una de las principales barreras que debemos superar como sociedad es el desconocimiento que aún persiste sobre la sordoceguera: sus características, las posibilidades de aprendizaje, de comunicación y de independencia que pueden desarrollarse con el acompañamiento adecuado de familias, docentes y profesionales.
A veces, la empatía se ve interferida por el miedo a no saber cómo comunicarse. Pero es importante recordar que la comunicación va más allá del lenguaje oral o de señas. Gestos simples -como saludar con una sonrisa, ofrecer el brazo para guiar, ajustar el ritmo al caminar- transmiten información, generan seguridad y alejan la soledad que puede implicar no ver ni oír con claridad.
Hoy los invitamos a visibilizar a las personas sordociegas y a asumir un rol activo en su inclusión. Como ciudadanos comprometidos, tenemos el poder de transformar actitudes, eliminar barreras y garantizar oportunidades. Porque toda barrera que limitamos, es una puerta que abrimos al desarrollo de una persona... y de toda la sociedad.
Autores: Lic. Analía Chamorro (persona con sordoceguera), Mg. Teresa Barrientos, Mg. Valeria Franco