OPINIÓN

La carpetita

El autor, CARLOS ALMENARA detecta en un elemento y en la gestualidad de Javier Milei lo que es y lo que representa

Carlos Almenara
Licenciado en Administración. Docente. Comunicador. Referente en Derechos Humanos

La carpetita

Por

Carlos Almenara

¿Qué lleva Milei en "la carpetita"? Seguro lo viste. No es siempre la misma, a veces es una agenda. Los lugares más recoletos, los acompañantes más encumbrados y... la carpetita. ¿Tan importante es? ¿No tiene un asistente que sostenga sus notas? Por supuesto, no tenemos la más remota idea de qué hay allí, pero arriesgamos una hipótesis, lo mismo daría si no tiene nada, es posible que no contenga nada, y sin embargo tiene un valor extraordinario para la comunicación de Milei.

Porque lo que produce efecto, sostenemos, es la gestalt de la comunicación. Qué simboliza la carpetita, allí el nudo de la cuestión, para eso está, como mensaje expreso y críptico simultáneamente. Toda la comunicación de Milei tiene ese doble registro, está a la vista y de tan brutal, "debe haber" algún secreto. El topo que vino a destruir el Estado, desde el Estado. El promotor de la venta de órganos y niños pero enemigo del aborto por razones éticas. El acusador de periodistas ensobrados que fue un producto artificial de los medios masivos y sólo da entrevistas a periodistas bien ensobrados.

Entonces, ¿de qué se trata la carpetita?

El análisis pertinente es sintomático y semiológico. Es un señor, aunque la caracterización de "señor" no sea la más feliz para el caso, vestido de traje (porque esto es una regla que contextualiza el análisis), con algo entre manos. No está suelto, no despliega gesticulación (cuando está con la carpetita), no está "desatado" sino lo contrario. ¿A qué está atado? A un guion, un mandato. No se sale del libreto, no improvisa.

No es un libro, no es una obra académica, no es un aporte al conocimiento, no se trata de discutir teorías, se trata de un papel a representar. De nuevo, aunque las hojas de la carpetita no digan nada, o aunque no haya hojas, estamos especulando sobre simbologías.

Con la carpetita va el gerente, trajeado, que viene a presentar los resultados trimestrales a los accionistas.

No es un mandatario, no es un jefe, es un gerente, un delegado que se empeña en dejar claro que nada lo correrá un ápice de lo planificado.

Es un representante, sí, pero no de un programa de gobierno, un representante de los accionistas de la compañía. Los accionistas, en este caso, no son las multitudes populares.

Coda uno

Se puede especular así sobre la verdadera vocación de Milei. No sería sorpresa para nadie, creo que lo aliviaría a él mismo (¡ni les cuento a nosotros!), dejar de ser presidente para convertirse en CEO de alguna de las empresas de Elon Musk. Ha prestado un valioso servicio al monopolista y puede sentirse con derecho a reclamar una contratación. Tenemos la íntima convicción que para Milei sería, ese sí, su verdadero triunfo personal.

Coda dos

La carpetita puede verse, también, como las "escrituras", un texto sagrado cuyos preceptos son de cumplimiento obligatorio. El pueblo del libro, si no libro, un guion que garantiza la conversión a su vertiente más mesiánica y ortodoxa. Soy de ustedes, soy el que actúa en nombre del pueblo elegido, el que en vuestro nombre puede disponer la voluntad de dios, que veo en mis amos, aquellos que ya cuentan con la gracia divina, los más ricos de este pueblo, aquellos que ya fueron elegidos por el creador. Yo sigo sus dictados, que llevo aquí guardados, en mi... carpetita

Esta nota habla de: