El costo humano de un año oscuro: las pérdidas que nos dejó 2025

El 2025 quedará marcado como un año oscuro por las pérdidas que atravesaron a la humanidad. Murieron referentes centrales de la política, la cultura, la música, el cine y el pensamiento en un contexto global signado por guerras, desigualdad y retrocesos en derechos. A esas despedidas públicas se suman pérdidas cercanas y evitables, como las de Germán Ejarque y Alejo Montenegro, que interpelan de manera directa nuestra memoria ética y social.

Adrián Characán

Hay años que no se explican por lo que ocurre, sino por lo que se pierde. El 2025 fue uno de esos años. Un tiempo atravesado por despedidas que no solo marcaron agendas, sino climas de época. Porque cuando se va una figura influyente no desaparece solo una persona: se apaga una voz, se pierde una referencia, se desordena un mapa que ya venía frágil.

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Fue un año difícil incluso de dejar atrás. Denso. Tortuoso. Con la sensación persistente de que algo se rompía mientras el mundo seguía girando con una normalidad impostada.

Un contexto global que agrava cada pérdida

Las muertes de este año no pueden leerse al margen del escenario internacional. El avance de las derechas extremas, la transferencia acelerada de recursos hacia sectores cada vez más concentrados, las guerras funcionales al negocio de la venta de armas y los millones de desplazados forzados configuran un mundo más desigual y más cruel.

La tragedia humanitaria en la Franja de Gaza, los conflictos prolongados y la lógica de destruir para luego reconstruir dejaron marcas profundas. Lo más inquietante es que buena parte de este giro llegó por vía electoral: voto popular manipulado, direccionado o condicionado, pero voto al fin.

Las figuras de este tiempo -la violencia discursiva de Javier Milei, la caricatura autoritaria de Donald Trump, el intento de fuga política de Jair Bolsonaro- no son anomalías: son síntomas de una época que naturaliza el avasallamiento de derechos y lo justifica como "inevitable".

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Señales locales en un clima global

En Mendoza, ese clima también se expresó. El 23 de diciembre, miles de mendocinos salieron a la calle para defender el agua, un bien común nuevamente puesto en disputa

Tal vez esa firmeza debió expresarse antes, en las urnas, pero aun así fue una señal clara: cuando los derechos se tocan, la sociedad todavía puede reaccionar.

Las figuras influyentes que se despidieron en 2025

El año se llevó a referentes que marcaron la historia reciente del mundo.

La muerte del Papa Francisco, en abril, significó algo más que el final de un pontificado. Fue la despedida de una figura que intentó humanizar una institución históricamente ligada al poder. Habló de pobre cuando el mundo hablaba de rentabilidad, de paz cuando la guerra volvía a ser negocio. Su palabra incomodó a mercados, extremismos y dogmas rígidos.

En mayo falleció José "Pepe" Mujica, expresidente de Uruguay y referente ético de la política latinoamericana. Su coherencia vital, su austeridad y su mirada humanista lo convirtieron en una voz respetada incluso por quienes no compartían sus ideas.

También se despidió Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura y figura central del debate intelectual latinoamericano, cuya obra y posicionamientos marcaron décadas de discusión cultural y política. Fue claramente un pensador de derecha, sobre todo en su etapa madura.

Y vale la pena decirlo así, sin eufemismos, porque no le quita relevancia literaria, pero sí contextualiza políticamente su figura

Desde la política internacional, murieron figuras como Jean-Marie Le Pen, histórico dirigente de la ultraderecha francesa; Muhammadu Buhari, expresidente de Nigeria y actor clave de la política africana; y Costas Simitis, ex primer ministro de Grecia y referente de la socialdemocracia europea.

En el campo del pensamiento y la ciencia, el año también cerró con la partida de Jane Goodall, primatóloga y referente mundial en conservación y ética ambiental, cuya vida estuvo dedicada a repensar el vínculo entre la humanidad y la naturaleza.

Música, cine y cultura: el cierre de una era

Desde la música, el 2025 fue especialmente duro. Murieron Ozzy Osbourne, ícono global del rock y del heavy metal; Brian Wilson, genio creativo y cofundador de The Beach Boys; Jimmy Cliff, figura fundamental del reggae; y Connie Francis, voz emblemática del pop tradicional estadounidense. 

Su cuerpo había atravesado muchas batallas desde que nació. Año tras año, los pronósticos médicos anunciaban que sería "el último". Germán demostró que la vida no se mide solo en estadísticas: estudió, se recibió de contador, formó una familia hermosa, trabajó, militó, escribió y construyó sentido. A Marcia, su esposa; a sus hijos Maxi y Ania; a su papá Roberto, a su mamá y sus hermanos; también a su entrañable amigo Germán Adrián Cuello, siempre nuestro recuerdo.

Deja un legado imborrable para su familia, para sus compañeros y para todos los que creen que la lucha por los derechos se vive, incluso cuando el cuerpo duele.

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Alejo Montenegro: el nombre que nombra a muchos

Y hay pérdidas que no llegan a las tapas, pero que pesan igual .

En representación de cientos de víctimas viales que perdieron la vida en accidentes evitables, recordamos a Alejo Montenegro, un joven de 16 años. Alejo no era famoso ni tenía miles de seguidores. No porque no pudiera, sino porque no lo dejaron.

Su muerte dejó una ausencia irreparable en una familia trabajadora y unida. Nombrarlo es ponerle rostro a estadísticas frías. Es recordar que detrás de cada número hay vínculos, proyectos y una vida interrumpida.

En Alejo están representadas todas las pérdidas evitables de este año.

Memoria, conciencia y lo que viene

El 2025 fue un año oscuro. Un año de costos humanos altísimos. Aunque desde la numerología el 2026 marque el inicio de un nuevo ciclo, ese comienzo solo tendrá sentido si va acompañado de conciencia ciudadana, memoria activa y una decisión colectiva de no naturalizar el retroceso de derechos.

Porque una sociedad también se define por cómo despide a sus muertos, pero sobre todo por qué hace para que esas ausencias no se repitan.

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