Justicia de Mendoza

Estamos perdiendo el juicio

Parte del espectáculo global, en paralelo con las series en las plataformas, es lanzar al escrutinio de la sociedad quién es culpable y qué pena merece, sin que haya algún argumento sólido o pruebas consistentes. Una moda que en Mendoza abunda

Mientras las cárceles desbordan de sobrepoblación, cuesta discernir quién es el culpable, motivo suficiente para que la presunción alcance a todos (y todas).

No sin temor a sufrir represalias, confieso que el servicio de Justicia de Mendoza, después de haber celebrado en 2017 la implementación del sistema Acusatorio Adversarial, decepciona. Y mal haríamos en responsabilizar al "sistema", el problema, me apresuro en concluir, es la cultura. La desconsdieración por el otro, la confortable burocracia y una característica de época: el desprecio por la verdad.

Contrastes, una arquitectura para esconder lo inocultable

Todos quienes acceden por alguna razón al edificio de Tribunales de la provincia de Mendoza, advierten lo monumental y amplio de esa construcción que pronto cumplirá 60 años. Mantiene las lindezas imaginadas en 1948, cuando se pensó y comenzó con el proyecto y también preserva la característica que creíamos superada: entramados palaciegos reservados para quienes dominan los destinos de las libertades de miles de ciudadanas y ciudadanos de a pie, quienes al ingresar a ese recinto tan ajeno, serán tratados con prolija displicencia, escena kafkiana que se repite como ceremonia.

Política criminal, según la cara del cliente

En los últimos meses se dispararon varios casos de delitos violentos, específicamente, por la ocurrencia de homicidios. Al respecto -y ojalá se restablezca esa estadística, Mendoza puede exhibir números similares a los de países desarrollados, pero el apresuramiento en mostrar la "eficacia" del sistema, antes de saber cómo fueron ultimadas las víctimas, publican "por ajuste de cuentas", como si eso morigerara la tragedia. Ajuste de cuentas, un constructo que devela cuál es la percepción que se tiene desde la "política" sobre la vida humana, no muy diferente a la visión de Raskolnikov, el protagonista de "Crimen y Castigo" de Dostoievsky, hay quienes no merecen vivir. Y se suma al imaginario mendocino: hay quienes no merecen ser encontrados (casos como el de Nataniel Guzmán).

Prohibido generalizar

Pretender homogeneizar el accionar tanto de las fuerzas de seguridad como de quienes responden al Ministerio Público Fiscal sería -valga la redundancia- injusto. Sin embargo si se puede detectar un "patrón", sin dudas, consecuencia de un mandato. En los casos de violencia de género, la imputación no se hace esperar, pero la continuidad de los procesos si tiene diferencias ostensibles. Los datos no dejan espacio a los caprichos de la opinión: la permanencia en el penal depende de aspectos que guardan escasa relación con las causas y con los hechos.

Penal para mendocinos

Mientras mendocinos soportan prision preventiva al limite de lo legítimo, los franceses (Arnou y Jedou) ya estan formando scrum en sus clubes en París; el turista italiano imputado por abuso sexual con acceso carnal sobre una turista británica, fue sobreseído gracias al testimonio de una tercera persona; el colocolino Sanhueza, acusado por una trabajadora sexual, ya regresó a caminar las calles de Santiago. Un caso para analizar es el de un abogado, miembro de la Federación Mendocina de Box, quien fue imputado por abuso sobre una nena, con el agravante del parentesco, y en ese caso si prevaleció el principio de inocencia -como debería operar en todos los casos- y no necesitó pasaporte para recobrar la libertad hasta tanto se lleve adelante la causa y sea elevada a juicio, si es que así lo determinan.

Vamos contando

Aquí mismo contamos el caso de los jóvenes Madaf, hijo y sobrino de Graciela, la presidenta de la Asociación Verdad y Justicia, quienes llegaron al límite de la prisión preventiva y fueron absueltos por la carencia de elementos probatorios de la denuncia, pero estuvieron tres años privados de libertad. Y recientemente se conoció el caso de un joven, que como otros, admitió culpabilidad a cambio de un "juicio abreviado", resorte cada vez más usado. Este mecanismo previsto en el artículo 359 del Código Procesal Penal despierta inevitables suspicacias. Hay quienes aseguran que prefieren auto incriminarse siendo inocentes con tal de recuperar la libertad, mecanismo poco edificante que contradice los propósitos de las garantías.

Desde el derecho, y también desde el izquierdo

Dias atrás, aquí en Diario PORTADA, el abogado y docente, especialista en derecho penal y criminología, doctor Alejandro Poquet, instaba a que pongamos en agenda estos temas, aunque andemos portando una piedra en cada mano conscientes de nuestra impecabilidad. Precisamente porque posibilidades tan amplias de efectuar una denuncia sin siquiera una mueca de constatación, habilitan para vivir sospechados, y la simple sospecha, con el sistema punitivo de moda mendocina, es suficiente para visitar una prisión por dentro y no sabemos cuanto puede durar la recorrida.

Sin permiso

El celo por cuidar seriamente la integridad de las personas, y más aún cuando se abordan litigios de instancias privadas, hace recomendable no ventilar nombres ni proveer datos que dirijan las miradas hacia presuntas víctimas y tampoco hacia presuntos victimarios. Lo que se torna inevitable es señalar las arbitrariedades groseras. Cotejar las circunstancias de porque el abogado ligado al box o los rugbiers franceses, todos imputados por violación y violencia de género, obtuvieron con gran celeridad el beneficio de prisión domiciliaria, frente a otros casos de -hipotética- menor gravedad, pone en relieve que la equidad es tan ausente como la ecuanimidad. Y poco se valoran los verdaderos riesgos, tanto para denunciantes como para denunciados.

Decisiones que no cierran para argumentar el encierro

El dictado de prisión preventiva obedece a dos motivos: que el imputado tenga posibilidad e intención de escaparse y lo segundo es que pueda interferir en la instancia procesal. Dos casos flagrantes (para utilizar el argot): en uno, la imputada estaba de vacaciones en bonitas playas aztecas. Enterada de la situación, anticipa su retorno. A pocas horas de arribar al aeropuerto El Plumerillo, la capturan y la encierran. Segundo caso. Joven imputado, estaba de viaje profesional en Buenos Aires. Se entera y sorprende por la denuncia, interrumpe su faena en Buenos Aires para presentarse espontáneamente. Decisión: enviarlo al penal. En ambos casos resulta contundente que nada les hubiese costado eludir el proceso, deducción inexorable: hay devoción por encerrar a las personas e ignorar el principio de inocencia. Toda explicación abstrusa es inútil.

Opción binaria: negligencia o maldad

El joven que a pesar de su presencia espontánea quedó alojado en el penal, al cabo de varios meses y sólidamente argumentado, logró el beneficio de la prisión domiciliaria, cumpliendo todos y cada uno de los requisitos. Jamás traspasó algún límite perimetral, no hubo contacto con ninguna y ninguno de los implicados, todo como para continuar el progreso de la causa fuera del penal aunque en prisión. Un ardid de una jueza, reconsiderando la medida de su par, decidió denegarle el beneficio y fue trasladado nuevamente al penal. Leer los motivos por los que se opuso a la anterior decisión de su colega abre sólo dos opciones, maldad o negligencia, de una u otra magistrada. Los motivos por los que se le otorgó el beneficio de domiciliaria fueron los argumentos esgrimidos para amputar ese beneficio. Dramático. Una especie de "castigo preventivo", una decisión que afecta la salud psíquica y moral de cualquiera, propiciada desde el Estado.

Distinto episodio idéntica víctima

Aunque el joven haya sido acusado y esté imputado, y sin adelantar lo que pueda definirse en juicio, es irrefutable que lo han convertido en víctima, exactamente lo contrario a los deberes de los agentes del Estado. Las casualidades suelen ser causalidades disfrazadas de azar. Como para que las dudas se traduzcan en certezas, se supo que una de las adiestradoras del programa que un año atrás dábamos cuenta aquí Llegó Peperina y se suma al programa "Contá Conmigo" es a la vez una de las denunciantes contra el joven aludido.

Cómo convertir un buen programa para facilitar la declaración de niñas y niños en un acto muy parecido a la corrupción

La denunciante no pertenece al staff de planta del EdeAAS, pero trabaja como adiestradora, junto a quien es agente penitenciaria Federal y, violando la ley provincial 8993 en al menos tres artículos (7, 8 y 9) y la normativa nacional afín es arte y parte. Trabaja para el Estado y a la vez presta un servicio como adiestradora de perros para ese bonito programa. Evitó participar en el llamado a licitación, total, después, al ser declarado desierto el concurso, se le otorgó de manera directa el contrato. Otra vez; no es el sistema, ni el programa "Contá Conmigo", ni lo costoso de adquirir esos ejemplares de labradores australianos, la defección no reside en la herramienta sino en el uso amañado de la misma.

Último momento

Incorporando razones para que en vez de confianza, ciudadanas y ciudadanos de Mendoza debamos estar prevenidos, dos hechos paralelos suceden. Un joven con serios problemas de salud, es aprehendido por policías en la vía pública. El joven en visible estado de ebriedad es aprehendido. Sólo el aporte generoso de imágenes de cámaras de seguridad de negocios aledaños fueron testigos de la innecesaria golpiza que recibió de parte de quienes deberían cuidarlo y cuidarnos. Gracias a la pasión punitivista y segregacionista es que el muchacho, además de golpeado y atravesando una enfermedad gravísima, está detenido en el penal. Motivo "reiterancia". O sea, tiene antecedentes, y aunque él haya sido víctima y no victimario, sigue preso. Último momento, y en simultáneo, la defensa del joven denunciado por una colaboradora en el EdeAAS recibe notificación de que una de las causas es elevada a juicio.

Enroque policial y judicial

Quien debió ser asistido por la policía, fue golpeado por los agentes, y quien debería celebrar por recibir la noticia de que una causa fue elevada a juicio, se angustia. Es que a pesar de ser jóvenes, ya adquirieron rodaje en inequidades e injusticias. La elevación a juicio se realiza interrumpiendo e impidiendo que la defensa del joven a quien le quitaron el beneficio de prisión domiciliaria, siga aportando pruebas, pericias y datos que de otra forma, especulan, la causa se caería de inmediato por insolvencia de relatos y ausencia de elementos probatorios de la existencia de delito.

Lectura veloz

Seremos redundantes. En Mendoza la presunción de inocencia está archivada, y sólo se usa ante la exhibición de pasaporte de extranjería. Absuelven, liberan y sobreseen con admirable premura mientras aletargan procesos en los que conspiran contra la salud mental y moral de detenidos y de sus familias. Las falsas denuncias, sin límites ni sanciones florecen en el fértil jardín que riegan a diario algunos irresponsables a través de medios de comunicación que, en salvaguarda del derecho a la información, deberían ser serios (compensando lo impune de las redes sociales) y no serviles.

Antón pirulero adulterado

Tanto el origen del juego como la canción infantil provienen de un historial para nada gracioso, igual sirve de referencia. En Mendoza el juego de cada cual está corrido de lugar, y de ninguna manera "pagan prenda" quienes defeccionan. El accionar de la policía es violento, inadecuado y de una profunda ineficacia en la prevención. Las cárceles están superpobladas y la comida que les proporcionan es tan cara como de dudosa calidad y cantidad. Un homicida condenado gozó de los beneficios del régimen penitenciario, con el fatal resultado: no sólo salió a delinquir y mató a un ex policía, también encontró la muerte en ese suceso. Otro joven es ejecutado por un miembro de las fuerzas de seguridad y con mayor rapidez que Colapinto determinaron que fue en defensa propia. Hoy las pruebas y testimonios indican que no fue así, que pudo ser ejecutado sin juicio previo y, como en el caso del joven aludido antes, también le son rechazadas pruebas inobjetables y testimonios de testigos presenciales.

Humanos sin derechos y con temor

La situación podría ser anecdótica si acaso las víctimas y victimarios fueran personajes de la ficción, pero no. La policía no da abasto con la ocurrencia de delitos -de menor intensidad y gravedad- pero en demasiados casos en los que interviene, lo hace en detrimento de las leyes y de la integridad de las personas. El servicio de justicia existe y funciona, pero ostensiblemente mal. Arbitrariedades, contubernios, parentescos, abulia y desidia conspiran con lo esperable. Hay cárceles y sitios de detención, inclusive el ex gobernador Suárez lucía contento al inaugurar un edificio carcelario (en vez de lamentar la necesidad de encerrar gente) pero hay personas que no deberían estar detenidas y ocupan un lugar inmerecido y nadie garantiza que el próximo no sea quien esto lee o quien esto pronuncia. Errar es humano, pero no es una virtud.

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