Europa se encamina al euro digital: soberanía en la era de los datos
Ministros de economía y finanzas de la Unión Europea se reunieron en Copenhague para discutir lo que puede ser un antes y un después en la historia monetaria: el euro digital.
Los ministros de economía y finanzas de la Unión Europea se reunieron en Copenhague para discutir lo que puede ser un antes y un después en la historia monetaria: el euro digital. No se trata de una billetera más ni de una aplicación de pagos, sino de la representación digital del dinero soberano, con el respaldo directo del Banco Central Europeo. Un equivalente al efectivo, pero en la era digital, que garantizaría seguridad, confianza y respaldo frente a la volatilidad de los bancos privados o las plataformas tecnológicas.
Christine Lagarde, presidenta del BCE.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde -quien en su momento, al frente del Fondo Monetario Internacional, otorgó al gobierno de Mauricio Macri el mayor préstamo fraudulento en la historia del organismo, un crédito de 57.000 millones de dólares que aún hoy se investiga por haberse concedido sin expediente ni aval del Congreso- presiona por acelerar el proyecto del euro digital, mientras Alemania reclama una hoja de ruta antes de fin de año. Aquel préstamo, lejos de fortalecer al país, dejó a la Argentina atada de pies y manos, y todavía condiciona nuestra economía.
En ese entonces, Macri, con su humor de mal gusto, llegó a decir que "los argentinos nos íbamos a enamorar de Christine Lagarde y ella de los argentinos", una broma siniestra que solo encubría la dominación de un organismo internacional que mantiene a nuestro país en jaque, alejándonos de la emancipación financiera necesaria para ser verdaderamente soberanos , presiona por acelerar el proyecto, mientras Alemania reclama una hoja de ruta antes de fin de año. Dinamarca, en su rol de presidencia rotatoria, quiere que todo esté definido en 2025. Aunque falta todavía el paso decisivo en el Parlamento Europeo, la dirección es clara: Europa busca cortar la dependencia de empresas extranjeras como Visa o Mastercard, que hoy controlan la infraestructura crítica de los pagos digitales.
¿Qué significa el euro digital?
El euro digital sería un refugio tan seguro como el efectivo de siempre. Así como hoy cualquiera puede ir al cajero y retirar billetes, en la era digital podría transformar sus ahorros en euros digitales con la certeza de que están protegidos por el Banco Central. Se trata de la posibilidad de contar con dinero soberano en un mundo cada vez más dominado por billeteras privadas y bancos expuestos al riesgo de quiebra.
Más allá de lo técnico, el euro digital responde a una necesidad geopolítica: garantizar que los pagos y los datos que generan se queden en Europa y no terminen en manos de empresas o Estados terceros. En un contexto de tensiones globales, con China ya emitiendo su yuan digital y millones de ciudadanos utilizándolo, Europa no puede quedarse atrás.
La dimensión geopolítica
En el fondo, la moneda digital europea es una cuestión de soberanía. Tener infraestructura propia de pagos significa no depender de nadie, ni de Estados Unidos, ni de Asia. Los datos que circulan con cada transacción son un recurso estratégico de primer orden, y Europa no quiere seguir regalándolos. De ahí la urgencia de un euro digital que permita autonomía monetaria en la era digital.
Lo que pudo ser en América Latina
Mientras Europa avanza hacia el euro digital, inevitablemente surge la comparación con nuestra región. Hubo un tiempo, no tan lejano, en que Néstor Kirchner, Lula da Silva, Hugo Chávez y Evo Morales soñaban con una moneda latinoamericana común. Una herramienta que nos hubiera dado soberanía frente al dólar y capacidad de negociación como bloque. Aquella utopía quedó en el aire, ahogada por las diferencias políticas y la falta de continuidad.
Néstor Kirchner, Lula da Silva, Hugo Chávez y Evo Morales.
Qué distinto sería nuestro presente si hubiéramos tenido el coraje de avanzar en esa dirección. Y qué oportunidad desperdiciada para Javier Milei, que en lugar de impulsar una visión de unidad latinoamericana se dedicó a insultar a presidentes de la región, a pelearse con China y a fantasear con la dolarización.
Peor aún, se mostró más interesado en declararse futuro judío practicante, buscando alinearse con Estados Unidos y el Estado de Israel, el cual ya es considerado un estado genocida por una comisión de la ONU, que en pensar un proyecto de soberanía económica para la Argentina y sus vecinos.
Milei, la oportunidad perdida
A mitad de su mandato, Milei está muy mal parado: derrotas electorales, vetos rechazados en el Congreso, un dólar descontrolado y una economía que se hunde. En lugar de liderar un proyecto de integración regional o liderar una criptomoneda fraudulenta como lo fue $LIBRA, eligió el camino del aislamiento y la subordinación. Ni siquiera intentó plantear una moneda común latinoamericana, algo que le hubiera dado legitimidad y visión histórica. Prefirió la provocación, el enfrentamiento y el alineamiento ciego con las potencias.
¿En qué se diferencia el euro digital de una criptomoneda o de un banco?
Acá está el punto clave. El euro digital no es una criptomoneda como Bitcoin o Ethereum, porque no depende de la especulación del mercado ni de la confianza en una red privada, sino que está respaldado directamente por el Banco Central Europeo y por los Estados que sostienen la moneda única. Es dinero soberano, tan seguro como un billete físico, solo que en versión digital.
Tampoco es lo mismo que el dinero que se deposita en un banco comercial. Cuando ponemos nuestros ahorros en un banco, ese banco puede quebrar, puede perder liquidez o incluso bloquear fondos en una crisis. El euro digital, en cambio, tiene la garantía de que siempre estará disponible porque su respaldo es el propio banco central.
¿Y qué diferencia hay con una billetera digital privada como PayPal o Mercado Pago?
Que en esos casos el dinero pasa por plataformas que son empresas, intermediarios que cobran comisiones, que pueden fallar o incluso cerrar. El euro digital sería como tener efectivo, pero en el bolsillo digital, sin depender de terceros y con seguridad plena.
El propósito del euro digital es ofrecer un refugio soberano y seguro en la era digital, un equivalente al efectivo que no dependa de bancos privados ni de criptomonedas volátiles, sino del poder público europeo.
Europa entiende que el futuro del poder también se juega en lo digital y por eso avanza hacia el euro digital como símbolo de soberanía. América Latina tuvo esa chance y la dejó pasar.
Y la Argentina de Milei, en vez de liderar la región, se pierde en delirios ideológicos y en alianzas externas que poco tienen que ver con nuestras necesidades. Así como Europa busca emanciparse de Visa y Mastercard, nosotros deberíamos emanciparnos de la dependencia del dólar y de las decisiones de otros. Porque al final, la moneda que usamos dice mucho de la libertad que tenemos.