El apretón de manos y el mapa que se reordena
Alfredo Cornejo oficializó la incorporación del intendente de Luján de Cuyo, Esteban Allasino, a Cambia Mendoza, ahora en alianza con La Libertad Avanza. El movimiento consolida al oficialismo provincial, confirma la disolución del PRO en Mendoza y deja a la oposición sin una estrategia clara frente a un modelo que se presenta como continuidad y orden.
No fue una foto inocente ni un gesto de cortesía. Fue una señal política.
Alfredo Cornejo eligió sus redes sociales para darle la bienvenida pública a Esteban Allasino, intendente de Luján de Cuyo, confirmando su desembarco en el Frente Cambia Mendoza de cara a las elecciones de febrero de 2026. El texto es cuidadoso, casi didáctico: no habla de oportunismo, habla de "hecho lógico", de "lectura clara de lo que demanda la sociedad". La imagen del apretón de manos termina de sellar el mensaje.
El final del PRO y el poder invisible
Allasino no es un dirigente más. Es el sucesor de Sebastián Bragagnolo y, además, sobrino de Omar De Marchi. Durante años fue presentado como la última resistencia visible del PRO de Mauricio Macri en Mendoza. Hoy, ese PRO ya no existe como fuerza con identidad propia. El amarillo se diluyó, absorbido por una coalición más amplia donde el radicalismo cornejista marca el pulso y La Libertad Avanza aporta volumen electoral y clima de época.
Tal vez para Mauricio Macri el negocio siempre haya sido otro. No la estructura partidaria, no la militancia, no el costo de gobernar territorios, sino la posibilidad de conservar un poder difuso, invisible, que no paga costos políticos pero habilita beneficios económicos. Quizás Franco Macri, cuando advertía que no había que mezclarse con la política, tenía razón: a los Macri, lejos del Estado, les iba mejor.
De Boca a la Casa Rosada: una lógica que persiste
La ambición, sin embargo, pudo más. Boca Juniors fue el primer laboratorio. Luego vinieron dos mandatos en la Ciudad de Buenos Aires y finalmente la Presidencia. Allí se trasladaron las mismas lógicas: endeudamiento, ajuste, subordinación al capital financiero, ministros de Economía que hoy reaparecen reciclados. Caputo no es una novedad, es una continuidad. Y el padecimiento social que hoy se vive también es heredero de esas decisiones.
Cambia Mendoza se fortalece
En Mendoza, mientras tanto, el poder se ordena. Cambia Mendoza suma a Luján de Cuyo, uno de los departamentos más importantes de la provincia, y lo hace en alianza explícita con La Libertad Avanza. Cornejo lo dice sin rodeos: competirán juntos. La gestión municipal es presentada como ejemplo de eficiencia, innovación y cumplimiento de funciones esenciales. Es el mismo discurso que el gobernador utiliza para legitimar su modelo provincial.
¿Quién gana con este rearmado? Sin dudas, Alfredo Cornejo. Consolida su liderazgo, amplía su base territorial y deja a la oposición en una situación de desconcierto. El peronismo, fragmentado y sin una narrativa clara, observa cómo el oficialismo vuelve a cerrar filas mientras no logra ofrecer una alternativa superadora al modelo Cornejo-Suárez-Cornejo, ahora reforzado por el empuje libertario.
Lo que no entra en la foto
Pero hay algo que no entra en la foto. No aparecen los caminantes, los asambleístas que recorrieron kilómetros para ser escuchados y no lo fueron. No aparecen los docentes, históricamente castigados, que una y otra vez terminan votando opciones de derecha que luego ajustan sus salarios. No aparece el conflicto social que late debajo de la prolijidad institucional.
La versión renovada de Cambia Mendoza se presenta como eficiencia, orden y modernización. Pero también es continuidad. Continuidad de un modelo que ya mostró sus límites, que profundizó desigualdades y que dejó a amplios sectores fuera del sistema. La alianza con La Libertad Avanza no es un giro, es una confirmación.
Ojalá que cuando llegue el momento de votar, esa memoria colectiva pese más que las fotos bien producidas y los discursos medidos.
Porque las redes sociales pueden ordenar el poder, pero no siempre logran borrar lo vivido.
Y esa, aunque no salga en la imagen, también es parte de la historia.
Todo tiene que ver con todo
Y si de entender el mapa político se trata, vale sumar otro dato no menor: Omar de Marchi fue designado el 29 de octubre de 2024 como director y vicepresidente del directorio de Aerolíneas Argentinas, una decisión tomada por el gobierno de Javier Milei, en el marco de un proceso de reorganización de la empresa y en pleno debate nacional sobre una eventual privatización de la aerolínea de bandera. El cargo, asumido a partir de noviembre de ese año, lo ubica en una posición estratégica dentro de una de las empresas públicas más sensibles del Estado. Ese lugar, y ese contexto, ayudan a leer de otro modo los movimientos del pasado reciente: las candidaturas que incomodaron, las lealtades que pesaron y los silencios que eligieron otros dirigentes en la política mendocina, donde nada ocurre de manera aislada y donde, una vez más, todo parece tener que ver con todo
Lo que pudo haber sido
Tal vez no podamos reconstruir con precisión toda la historia, pero hay un antecedente que vale la pena recordar. En las últimas elecciones a gobernador, Omar de Marchi se presentó con fórmula propia, acompañado por el entonces intendente de Las Heras, Daniel Orozco, como candidato a vicegobernador.
En ese contexto, Sebastián Bragagnolo no buscó la reelección en Luján de Cuyo, aun cuando tenía claras chances de obtener un segundo mandato. La decisión estuvo atravesada por una incomodidad política evidente, por lealtad familiar hacia su tío, y también, quizás, por una mezcla de respeto, disciplina o sumisión frente al peso específico de Alfredo Cornejo en la política mendocina, un peso que fue evidente en el caso de Daniel Orozco, quien tras intentar esa candidatura sin contar con la bendición del caudillo cuyano, terminó enfrentando problemas con la Justicia, una Justicia que muchas veces avanza con velocidad en algunos sentidos y en otros no tanto. Por algo las cosas se hacen de determinada manera y por algo, quizás, Bragagnolo optó por dar un paso al costado.
Pero, como decimos, no se puede sospechar la historia.