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"En vez de pagar la justicia social, pagó el gas pimienta" opinó el Papa Francisco del gobierno de Milei

En un encuentro Mundial de Movimientos Populares, el Sumo Pontífice cuestionó el accionar de las fuerzas policiales del gobierno de Javier Milei con las protestas de jubilados, trabajadores y organizaciones sociales.

En el Vaticano-Roma, y en el marco de la Conmemoración de los 10 años del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares bajo el lema" Plantando bandera frente a la deshumanización", el Papa Francisco se mostró en contra de la actuación de las fuerzas de seguridad en el gobierno de Javier Milei.

Ante la presencia de distintos dirigentes de movimientos sociales, entre ellos, Juan Grabois, la máxima autoridad eclesiástica se pronunció a favor de la justicia social.

Luego de ver un video de la represión de las fuerzas de seguridad a cargo de la ministra Patricia Bullrich a las y los jubilados, dijo:

"Me hicieron ver un filmado de una represión de hace una semana o un poco menos. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, el gas pimienta de primera calidad. No tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas", sostuvo el Papa, y agregó: 

"El gobierno se puso firme: en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso".

El rugido del odio

El máximo pontífice denunció "el silencio de la indiferencia" que "habilita el rugido del odio" y advirtió que "el silencio frente a la injusticia abre paso a la división social, la división social a la violencia verbal, la violencia verbal a la violencia física y la violencia física a la guerra de todos contra todos".

Duro con los ricos

Francisco hizo clara su preocupación por cómo avanza "una forma perversa de ver la realidad, que exalta la acumulación de riquezas como si fuera una virtud".

"Les digo: no es una virtud, es un vicio. Acumular no es virtuoso, distribuir sí lo es. Jesús no acumulaba, Jesús multiplicaba y sus discípulos distribuían. La competencia ciega por tener más y más dinero no es una fuerza creativa, sino una actitud enfermiza y un camino a la perdición. Esa conducta irresponsable, inmoral e irracional está destruyendo la creación y dividiendo a los pueblos. No dejemos de denunciarla", reflexionó.

"Esto no es comunismo, es Evangelio puro. No es el Papa, es Jesús", dijo el líder de la Iglesia católica, recordando que Jesucristo fue "duro con los ricos".

Tierra, techo y trabajo

"Reconozco, claro, que los empresarios crean puestos de trabajo y contribuyen a la prosperidad económica. Es justo decirlo. Lo he dicho en Singapur, viendo el magnífico bosque de rascacielos que atestiguan ese aporte. Sin embargo, los frutos de la prosperidad económica no se reparten bien. Esta es una realidad evidente que, si no se modifica, va a engendrar peligros cada vez mayores. Si no hay políticas, buenas políticas, políticas racionales y equitativas que afiancen la justicia social para que todos tengan tierra, techo, trabajo, un salario justo y los derechos sociales adecuados, la lógica del descarte material y el descarte humano se va a extender, dejando a su paso violencia y desolación", advirtió sobre la justicia social.

"Lamentablemente, muchas veces son precisamente los más ricos los que se oponen a la realización de la justicia social o la ecología integral por pura avaricia. Disfrazan esta avaricia con ideología, pero es la vieja y conocida avaricia. Entonces, presionan a los gobiernos para que sostengan malas políticas que los favorecen económicamente. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden", aclaró Francisco.

Recordando a Roca

En otro pasaje de su discurso, pidió "que nadie nos robe la memoria histórica y el sentido de pertenencia a un pueblo", y cuestionó a Julio Argentino Roca, uno de los próceres venerados por el libertario. "Los argentinos, que tenemos solo 600 mil aborígenes, acordémonos de Roca que les cortó la cabeza a todos los aborígenes, una cosa vergonzosa", sentenció.

Pedido de coima

El Papa Francisco también hizo una impactante denuncia contra el gobierno de Javier Milei por un presunto pedido de coimas de un ministro a un empresario internacional, para aprobarle un proyecto de inversión.

"Me contaba un emprendedor internacional que estaba haciendo en Argentina inversiones de extensión de eso que ellos llevan adelante, que trabajan muy bien y que hay un buen acuerdo, y fue a presentar al ministro el nuevo plan de nuevas extensiones", contó Francisco.

"El ministro lo atendió muy bien y le dijo 'dejemeló, ya lo van a llamar'. Al día siguiente lo llamó el secretario del ministro, le dijo ‘¿usted dentro de dos días puede pasar?, así ya le entregamos el permiso y todo", continuó el Papa.

"Pasó, le entregó todos los papeles, la firma y cuando el emprendedor se estaba por levantar, le dice: ‘¿y para nosotros, cuánto?... ¿y para nosotros, cuánto?' La coima", remató el Sumo Pontífice. "El Diablo entra por el bolsillo, no se olviden", aconsejó.

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