El Sábado de Gloria partió el VÍCTOR, el mejor jugador de todos los tiempos
El "maestro" Víctor Antonio Legrotaglie, falleció en la tarde del 30 de marzo, sábado de Gloria según el calendario católico. Sus restos son velados en su Estadio en domingo de Pascua
Murió Víctor Legrotaglie, la máxima figura del fútbol de Mendoza, uno de los "pitucos" que hizo del fútbol un género artístico.
Síntesis imposible
Todo lo que se pueda decir será insuficiente. Aún ocupa el podio mundial por sus 66 goles de tiro libre, sólo superado por Pelé y Juninho Pernambucano, pero los números no alcanzan para dimensionar lo que lograba en cada partido, con el 8 en la espalda y una habilidad incomparables.
Como un campeonato de recuerdos alegres
La tristeza no puede compensarse con las aritméticas de puntos ni la contabilización de torneos, sí con los recuerdos que depararon felicidad a miles de aficionados que, desde el tablón o el duro cemento, disfrutaron de la virtud de Víctor Legrotaglie, capitán de un exitoso y virtuoso Gimnasia y Esgrima de Mendoza, en competencias locales y en los legendarios nacionales.
El inagotable anecdotario
El Víctor tuvo la oportunidad de ir a probarse al Real Madrid, pero nunca quiso abandonar su Mendoza. Jugó en Chacarita y descolló. Fue tapa de "el Gráfico", la añorada publicación de editorial Atlántida que escribía la historia semanal de todos los deportes. Fue detenido en La Rioja durante unas horas por insultar -graciosamente- a su amigo y en aquella ocasión, compañero de equipo Carlos Menem, claro, era el presidente. Como Director Técnico, en un encuentro, se metió en la cancha y le quitó el balón al adversario que iba directo al gol. Acto impensado y que desconcertó a todos, provocando la risa irrefrenable de toda la platea.
Pararon el partido
El junto a su equipo, Gimnasia y Esgrima de Mendoza, le asestó una goleada al San Lorenzo campeón que obligó a que el árbitro parara el partido para pedirles que no se mofaran, porque esto fue en el viejo gasómetro. Y en Tucumán, le arrojaron una naranja (esa era la máxima agresión admitida por los '70) y se puso a hacer "payanitas" (jueguitos, le dicen en el resto del país).
Cuando el fútbol era en Blanco y Negro
Aunque vistió las camisetas de Argentino (de Mendoza) Chacarita Juniors, Alianza de San Juan y participó en el amistoso, frente al Santos de Pelé, luciendo la camiseta de Godoy Cruz Antonio Tomba y en un nacional se calzó la "azul" de su clásico rival, Víctor Legrotaglie es sinónimo del Lobo del Parque, motivo suficiente para que el estadio de Gimnasia y Esgrima de Mendoza lleva su nombre.
Octubre de 2012, en primera persona.
El autor de la mayor cantidad de goles desde el córner, olímpicos. El ídolo que motivó para que muchos, carentes de habilidad, se atrevieran a participar del maravilloso juego colectivo que propone el fútbol, no podía quedar sólo en el fantástico recuerdo de quienes tuvimos la fortuna de seguir su carrera y de departir intensas charlas y entrevistas. Así surgió la idea de reunir y darle forma al excelente trabajo que venía realizando el periodista y escritor Matías Soria, y editar un libro.
El Víctor, homenaje al mayor símbolo del fútbol de Mendoza
La recopilación de Matías Soria, que incluye textos de periodistas deportivos, firmas consagradas como las de Víctor Hugo Morales, Enrique Macaya Márquez, Cacho Cortez, Alejandro Fabbri, se completa con ilustraciones de artistas plásticos y el testimonio de contemporáneos del fútbol, como Amadeo Carrizo y Roberto Perfumo, entre otros. Las estadísticas, su historia y anécdotas.
Ejemplar único, el Víctor
Una edición cuidada, prologada por César Luis Menotti, decisión editorial de la que fuimos responsables y honrados, condensa en buen papel y con material tanto de lectura como visual (fotos e ilustraciones) la intensa vida de quien hoy , a los 86 años, partió. Víctor Antonio Legrotaglie partió, pero dejó sus estelas en el césped de cada estadio, las huellas de sus gambetas, las sombras de sus amagues, y las fantasías de sus lujos, que compusieron momentos ejemplares, de goce deportivo y estético.
Ni alargue, ni penales
Concluyó el partido y es inapelable. Se fue el mejor futbolista mendocino de todos los tiempos, un hombre generoso, pícaro, simpático, respetuoso, divertido. Cada uno de los adjetivos, tiene argumento. Seguramente el testimonio más elocuente podrán darlo sus hijas, Carina y su hermana, también sus nietos y los muchos que además de admirarlo, lo quisieron sin distinción de camiseta, y lo acompañaron hasta el camarín, en este último encuentro.