El Estado Nacional se retira en la ayuda para construir viviendas
Esta decisión "responde a la convicción de que la política de vivienda debe ser gestionada principalmente por las provincias, los municipios y el sector privado, reduciendo así la intervención del Estado Nacional en esta materia".
El Estado Nacional se retira en la ayuda para construir viviendas. Mediante el Decreto 70/2025 el gobierno de Javier Milei disolvió la Secretaría de Desarrollo Territorial, Hábitat y Vivienda.
Adiós a los Planes de Vivienda con créditos blandos
Una política que destacó a la Argentina desde la década de 1940 hasta la actualidad, es eliminada por la actual gestión y en un momento en el que el sector de la construcción atraviesa su peor crisis. Sin ley de alquileres y sin asistencia para construir, la organización familiar y social sufrirá un cambio, según adelantan especialistas.
Datos, no nostalgia
Argentina en la década de 1940 tenía una población de entre 14 y 15 millones de habitantes. Con el Primer Plan Quinquenal del gobierno de Perón, desde 1947, se implementó una política de incentivos para la construcción, pero también para la adquisición de viviendas y escrituración. Durante ese período se construyeron en Argentina: 500.000 viviendas. O sea, medio millón de familias (se estima en dos millones doscientas mil de personas) pudieron residir bajo su propio techo, pagando cuotas accesibles. Se adoptaron distintas modalidades de financiamiento, y la concepción de "vivienda social" cobró una importancia única en el Continente. Intervinieron distintos actores, pero todos articulados por el Estado Nacional. Las cláusulas de diseño y construcción impedían que se realizaran soluciones habitacionales sin contemplar el desarrollo humano y familiar. Casas con los suficientes metros cuadrados para que no existiese hacinamiento y de esa manera reducir índices de relaciones interfamiliares nocivas.
El mito del parquet
En ese período surgió lo que hoy se adjetiva como "mito" pero que en realidad fue una infamia, que desnudaba la intolerancia de algunos sectores al ver que obreros alcanzaban ese bien tan preciado como la vivienda propia. Las viviendas sociales eran con techos de material, con muros de 30 centímetros, y en algunos casos, tuvieron parquet como terminación para sus pisos. Hay quienes calculan que debió haber algún caso que dio origen al mito, otros apuestan que se trató sólo de la imaginación perversa y resentida de quienes veían cómo las clases antes marginadas, obtenían una calidad de vida idéntica a la de los sectores más beneficiados. Decían que utilizaban la madera del parquet para hacer asados. Lo innegable es que en esa década, cualquier familia de trabajadores tenía la opción de vivir de su esfuerzo, residiendo en su propia casa y comiendo asado, algo que hoy a más de 75 años, resulta más difícil que entonces.
Estándares y cultura
En Argentina, hoy se estima que es propietario de la vivienda que habita el 63% de la población, porcentaje que ha disminuido del casi 80% que se alcanzó a mediados del Siglo XX. Este porcentaje es similar al de los países miembros de la Unión Europea, promedio poco elocuente, ya que Alemania y Suiza, por ejemplo, siempre se destacaron por su escasa participación en la propiedad de la vivienda, algo contrario a países como Hungría y Rumania, en la que el 95% de la población reside en sus propias viviendas. La delegación desde el Estado Nacional de ayudar a que las familias sean propietarias, medida anunciada hoy, propicia un nuevo modelo que nadie arriesga a decir de qué modo podrá prosperar, pero sin dudas, alienta al desarraigo.
Argumentos de un gobierno que los cambia con gran facilidad
La medida, según el gobierno "responde a la convicción de que la política de vivienda debe ser gestionada principalmente por las provincias, los municipios y el sector privado, reduciendo así la intervención del Estado Nacional en esta materia".
"Motivos" de la disolución de la Secretaría de Vivienda de la Nación
Recordemos que la mayoría de las tareas de la ex Secretaría de Vivienda de la Nación se desarrollaban a través de tres fondos fiduciarios que actualmente se encuentran disueltos y/o en proceso de disolución.
Según el gobierno libertario estos fondos habían registrado un mal uso de los recursos de la sociedad, falta de controles y de resultados.
Por eso y en primer lugar, mediante el Decreto 1018/2024, el gobierno de Milei había definido la disolución y el inicio del proceso de liquidación del Fondo Fiduciario Público denominado Programa PROCREAR, Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar.
En este caso, la auditoría de SIGEN había detectado fallas en el Programa como demoras en la entrega de viviendas y falta de condiciones de habitabilidad de unidades entregadas, entre otras.
En segundo lugar, también se había cerrado a través del Decreto 6/2025 el Fondo Fiduciario para la Vivienda Social. Este instrumento había sido utilizado, según el gobierno, con finalidades políticas y clientelistas y había evidenciado irregularidades e incumplimientos.
En la misma línea, el Gobierno Nacional está trabajando en la disolución del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU).