Cruzar a Chile otra vez demandó de paciencia y tolerancia por las demoras
Quienes cruzaron a Chile por el paso Cristo Redentor, nuevamente debieron soportar esperas extensas. El cambio de quincena, atrasado, acentuó la cantidad de argentinos y argentinas que eligen el exterior en vez del turismo interno
Este lunes de enero, cruzar a Chile, otra vez demandó de tolerancia y paciencia por las demoras sufridas por turistas ansiosos, trabajadores del transporte y por quienes regresaban a su país
La naturaleza, la torpeza y la burocracia
Una semana atrás, los derrumbes y aludes, debido a las intensas tormentas pronosticadas por el Servicio Meteorológico Nacional, provocaron el cierre eventual del Paso Cristo Redentor que une a la Argentina con Chile, a través de las rutas 7 de Argentina y 60 de Chile
Un par de días después de las inclemencias climáticas, las importantes llamas y las columnas de humo, por incendio pastoril y vegetal en la zona de Los Chacayes, aletargó la llegada de argentinas y argentinos a las ciudades y a la costa de Chile, en busca del aire marino. También vieron demorado su retorno aquellos que habían concluido sus vacaciones en el pacífico, y las personas provenientes de la república de Chile que eligieron Mendoza y otras ciudades de Argentina para vacacionar, vieron postergadas en horas su deseos de llegar, debido al incendio. Las autoridades judiciales de Chile confirmaron que el incendio, que se cobró la vida de una persona adulta y la destrucción de algunas viviendas, fue ocasionado por un defectuoso manejo de fuego en un horno de barro adonde se cosía un pastel de choclo. La torpeza, en ocasiones, se convierte en tragedia
La tercera semana de enero, recambio y repetidas demoras
Aunque es la tercera semana del flamante 2025, se estima que el volumen de vehículos que intentaron cruzar a Chile, este lunes, obedece al denominado "cambio de quincena". Aunque es un fenómeno absolutamente previsible, las autoridades aduaneras, migratorias y sanitarias de Chile, no se conmueven. Tal como verificó la periodista Agustina Navarro, de Diario Portada y La Posta Cultural, el trabajo que realizan las autoridades argentinas, del Sistema Integrado Cristo Redentor, atenúa el tedio que provocan las incomprensibles demoras para ingresar a Chile.
Encapsulados
La información que proporciona la oficina de prensa del escuadrón 27 de Uspallata, de la Gendarmería Nacional, es de gran utilidad para que se tomen los recaudos antes de cruzar a Chile. Este lunes, como en ocasiones anteriores, los organismos del Sistema Integrado Cristo Redentor, habilitaron un pulmón en el playón de la estación de servicios YPF en Uspallata, sitio apropiado para esperar sin padecer la ausencia de agua y de sanitarios. Allí contienen a los contingentes y vehículos particulares, y junto al municipio de Las Heras, cada determinas horas, encapsulan a grupos y los escoltan hasta llegar al límite, previo al complejo Los Libertadores, donde se tramitan los permisos de ingreso y se revisan los vehículos. Esto para evitar colapsos y para que quienes transitan en este temporada estival no padezcan la ausencia de una estructura adecuada durante la espera para ingresar a Chile
Cuando las decisiones políticas y la voluntad, conspiran
La enorme cantidad de turistas de Argentina que eligen las playas de Chile para veranear responde a los dos fenómenos típicos de viajeros: la generosa geografía, las pintorescas playas de Chile y el factor económico. Este último es el argumento irrefutable para que decenas de miles, diariamente, prefieran el exterior antes que la vastedad, generosidad y bellezas de la Argentina. Resulta extraño cuando no incomprensible, que este éxodo de argentinas y argentinos hacia Chile no sea contemplado por las autoridades transandinas para optimizar y mejorar el sistema de controles de ingreso, que beneficia cuantiosamente a la economía de Chile. A la vez, genera fastidio al comparar estas demoras, que este lunes superaron las 5 horas, mientras, por ejemplo, el paso fronterizo terrestre más transitado del Planeta, entre la Ciudad de Tijuana, de la república de México y San Ysidro, distrito de San Diego, del Estado de California, en Estados Unidos, no supera las 2 horas, siendo que los controles son exhaustivos y la cantidad de personas que atraviesan esa frontera al borde del Pacífico supera las 100.000 diariamente.