23 de septiembre: Eva Perón, el corazón del voto femenino y una huella eterna en la historia argentina

El 23 de septiembre se recuerda a Eva Perón como la gran impulsora del voto femenino en la Argentina. Su lucha abrió las urnas a millones de mujeres y marcó un antes y un después en la política nacional. Su rol fue inolvidable, dejando una huella eterna en la historia de los derechos y la participación ciudadana.

Adrián Characán

El 23 de septiembre de 1947 marcó un antes y un después en la historia argentina. Ese día, tras décadas de militancia silenciosa de mujeres anónimas y voces feministas que venían reclamando desde fines del siglo XIX, se promulgó la Ley 13.010, conocida como la Ley del Voto Femenino. Eva Duarte de Perón, "Evita", fue el rostro visible y el motor político que convirtió esa vieja demanda en realidad concreta.

No fue un gesto aislado ni un capricho: fue la síntesis de luchas de pioneras como Julieta Lanteri, Alicia Moreau de Justo, Alfonsina Storni y tantas otras, pero que hasta entonces no habían logrado romper el cerco del poder. Eva, desde su lugar de mujer en el centro del poder político, utilizó su influencia sobre Juan Domingo Perón y el Congreso para acelerar lo que durante décadas había sido postergado.

De Los Toldos al corazón del pueblo

Nacida en 1919 en Los Toldos, hija ilegítima de un estanciero y una costurera, Eva Duarte conoció desde pequeña lo que significaba la marginación. Aquella niña pobre, humillada por la sociedad conservadora, se convirtió en actriz de radioteatro en Buenos Aires y, a los 26 años, en esposa de un coronel que luego sería presidente de la Nación.

Pero Evita, como Primera Dama, no fue nunca un adorno. En ese lugar donde muchos esperaban un rol ornamental, se transformó en dirigente política de peso, fundadora del Partido Peronista Femenino y creadora de la Fundación Eva Perón, desde donde desplegó un trabajo social que desbordó cualquier protocolo.

Vale el contraste: mientras Eva levantaba la bandera de los derechos de los humildes y hacía historia ampliando la democracia, hoy quien ocupa ese rol alrededor del presidente es Karina Milei, su hermana. Tal como lo hizo Carlos Menem en su momento con Zulemita.

Javier Milei deposita en su hermana esa función simbólica de acompañamiento. Pero a diferencia de Evita, Karina aparece sospechada de participar en la criptoestafa $LIBRA, involucrada en los audios recientes sobre coimas y retornos del "3%" ligados al Laboratorio Suizo Argentino, y expone una marcada incapacidad política, como se vio en Tucumán, cuando no pudo sostener un discurso que superara los 2 minutos y 14 segundos. 

La comparación es inevitable y dolorosa: de una mujer reconocida mundialmente por su compromiso social a una figura envuelta en escándalos y silencios.

El paso a la leyenda

La promulgación de la Ley 13.010 fue el hito que selló el lugar de Eva en la historia: por primera vez las mujeres argentinas pudieron votar y ser elegidas. En las elecciones de 1951, más de tres millones de mujeres concurrieron a las urnas, muchas de ellas militantes del partido que Evita había organizado.

Pero su legado no se agota en esa conquista. Eva Duarte pasó a la leyenda porque encarnó una idea de justicia social con rostro femenino. Murió joven, a los 33 años, consumida por el cáncer, pero dejó una huella imborrable. Amada hasta la devoción por millones, odiada hasta el insulto por las élites que no le perdonaron haber cambiado el orden establecido, Evita trascendió las fronteras de Argentina y fue reconocida en el mundo entero por su aporte a los derechos de las mujeres y su compromiso con los más vulnerables.

El voto de Evita, entre la vida y la muerte

El 11 de noviembre de 1951, Argentina vivió las primeras elecciones en las que las mujeres pudieron ejercer su derecho al voto gracias a la Ley 13.010. Ese día, Eva Duarte de Perón cumplió con su deber cívico por primera y única vez.

Lo hizo desde la cama del Policlínico donde estaba internada, debilitada por un cáncer de útero que avanzaba sin tregua. Fue necesario llevarle la urna para que pudiera depositar su voto. Aquella imagen, inmortalizada en una fotografía, muestra la fragilidad física de Evita y, al mismo tiempo, la fuerza simbólica de su compromiso con la democracia y con el pueblo.

El voto femenino en el mundo en 1951

Cuando las mujeres argentinas votaron por primera vez en 1951, el derecho político femenino todavía era una conquista reciente y desigual en gran parte del planeta.

  • Los pioneros: El primer país en otorgar el voto femenino fue Nueva Zelanda en 1893, seguido por Australia (1902) y Finlandia (1906). En Europa, las mujeres lograron votar después de la Primera Guerra Mundial: Alemania (1918), Reino Unido (1918 para mayores de 30 y 1928 en igualdad con los hombres), España (1931) y Francia recién en 1944.
  • En América: Estados Unidos lo reconoció en 1920; Brasil en 1932; Uruguay en 1938; y Chile recién en 1949.
  • Argentina: con la Ley 13.010 promulgada en 1947 y aplicada en las elecciones de 1951, se convirtió en uno de los primeros países latinoamericanos, junto a Brasil y Chile, en garantizar plenamente el voto femenino.

En aquel contexto, mientras en países europeos todavía se discutía el tema y en otros de Asia y África ni siquiera estaba en la agenda, la decisión de Eva y Juan Domingo Perón colocó a la Argentina en un lugar de avanzada, ampliando la democracia y dándole un lugar histórico a las mujeres en la vida política.

La foto de mujeres depositando una boleta en la urna en 1947 simboliza mucho más que un derecho político: es el retrato de una sociedad que comenzaba a reconocer a la mitad de su pueblo como ciudadanas plenas. Eva Duarte, "la abanderada de los humildes", fue la chispa que encendió esa llama. Por eso, aunque hace más de 70 años partió físicamente, su nombre sigue latiendo en cada lucha por igualdad y justicia.

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