Gobernar desde prisión: Trump, el poder nuclear y la democracia que tolera lo intolerable
Hace 17 horas
Mientras el sistema constitucional de Estados Unidos permite que un presidente continúe en funciones incluso tras una condena penal -dejando al Congreso la única vía para destituirlo mediante impeachment- en la Argentina las condenas judiciales suelen implicar inhabilitaciones políticas profundas. La posibilidad teórica de que un presidente estadounidense gobernara pese a hallarse condenado pone en evidencia una lógica diferente a la argentina, donde figuras como Cristina Fernández de Kirchner y Guillermo Moreno quedaron excluidas del ejercicio de cargos públicos tras sentencias que incluyen proscripción política. La nota analiza estas diferencias institucionales y cómo se activa -o no- el juicio político en cada sistema.




























































































